A la hora de abordar una enfermedad como la osteoporosis, no importan solo los medicamentos que se prescriben al paciente, sino que también resulta determinante el orden en el que se pautan, tal y como se puso de relieve en el seminario online ‘Terapia secuencial sí, ¿pero en qué orden?’, organizado por Grünenthal y orientado al abordar la fractura osteoporótica.

En la práctica clínica, para el abordaje de la osteoporosis los facultativos se ven en la tesitura de establecer el tratamiento más adecuado para cada paciente, lo que incluye pautar el orden en el que se deben utilizar los diferentes fármacos que hay disponibles para conseguir un tratamiento exitoso.

Tal y como señaló durante su intervención en este webinar la Dra. Carmen Gómez Vaquero, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitari de Bellvitge y moderadora de la sesión “el tratamiento de los pacientes con alto riesgo de fractura suele ser prolongado, por lo que para minimizar en lo posible sus efectos adversos, la mayoría de estos pacientes realizarán tratamiento con más de un fármaco. Es, por lo tanto, lógico, plantearse si una secuencia de tratamiento es más efectiva que otra y si esto es así en todos los pacientes”.

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El objetivo terapéutico del tratamiento de la osteoporosis es la prevención de las fracturas por fragilidad

Además de estudiar estas pautas, las novedades científicas que se vienen produciendo en este ámbito hacen que los médicos que atienden a estos pacientes deban actualizarse. “Nos encontramos en un período de evolución entre los profesionales que se dedican al metabolismo óseo, en el que se pretende mejorar la selección de los pacientes que requieren tratamiento farmacológico –que son los que tienen mayor riesgo de fractura– y la selección de los tratamientos que debemos pautarles”, recalcó la Dra. Gómez.

A juicio de esta especialista, el “cambio de paradigma se debe tanto a la mejoría del conocimiento sobre la cronología de la presentación de las fracturas por fragilidad y de la concienciación sobre el riesgo inminente de fractura, como a la evidencia en ensayos clínicos de que los tratamientos anabólicos disminuyen la incidencia de nuevas fracturas de forma más efectiva que los bifosfonatos orales”.

El objetivo terapéutico, según concluyó la especialista del Hospital Universitari de Bellvitge, es la prevención de fracturas por fragilidad. “Como este objetivo debe mantenerse en el tiempo, una medida de desenlace a medio plazo que nos ayuda en nuestras decisiones terapéuticas es conseguir una ganancia significativa de densidad mineral ósea”, señaló.

Y es que la osteoporosis es una enfermedad crónica en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Así, los huesos se vuelven más porosos y aumenta el número y el tamaño de las cavidades que existen en su interior, por lo que se vuelven más frágiles y resisten peor los golpes. El abordaje de esta enfermedad requiere un tratamiento a largo plazo, diseñado de manera individualizada y secuencial.