Coincidiendo con el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, DomusVi presenta su “Decálogo sobre el Buen Trato”, un documento con el que esta compañía trata de concienciar y denunciar el maltrato, abuso y sufrimientos a los cuales son sometidos muchas personas mayores en distintas partes del mundo.

Con este documento, creado desde los EDEA, equipos dinamizadores de ética aplicada que trabajan de la mano con el Comité de Ética de DomusVi, se quiere poner en valor el deber del buen cuidado y los derechos de las personas, en especial de las personas mayores. En este sentido, el manifiesto sirve para seguir inspirando y concienciando a los profesionales, usuarios y familiares de todos los centros residenciales del sector sociosanitario sobre los derechos y la importancia del buen trato a las personas mayores, así como a otros actores e instituciones.

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Este manifiesto quiere poner en valor el deber del buen cuidado y los derechos de las personas mayores

Tal y como apunta Nieves Campos, coordinadora del Departamento Técnico Asistencial de DomusVi y miembro del EDEA en Andalucía, “el modelo de atención a las personas mayores ha cambiado y los profesionales debemos tener en cuenta la autonomía de las personas a la hora de elegir sus cuidados, su atención, sus gustos y sus preferencias. No todo lo que pensamos que es bueno para la persona es siempre lo mejor”. Esta experta añade también que “cuidar implica estar atento a las necesidades de la persona de una forma global, es acompañar sabiendo que debemos respetar al otro como ser personal, individual y único. Es ser empático y ponernos en su lugar, en un lugar vulnerable pero cargado de sentido, de experiencias y de historias”.

Como apunta desde DomusVi, esta acción apuesta por la concienciación de la sociedad de que la vejez puede implicar “vulnerabilidad”, pero que ello no conlleva una pérdida de sus derechos. Las personas mayores aportan mucho a la sociedad y, sobre todo, han aportado mucho, por lo que es un deber respetar su sitio y darles el lugar que les corresponde.

Y es que la dignidad de la persona no se pierde con la edad, la dignidad va ligada al hecho de ser persona hasta el final. “El maltrato en la vejez no es solo físico, sino que va mucho más allá. Unas palabras, unos gestos, infantilizar o no respetar su autonomía. El maltrato en la vejez es ‘suprimir’ en la persona mayor todo aquello que como seres autónomos podrían realizar y que no se les permite hacer por cuestiones de la edad y/o de la enfermedad que puedan padecer”, advierten desde DomusVi. El Decálogo sobre el Buen Trato es el siguiente:

  1. Integridad: Toda persona tiene derecho a ser cuidada en el aspecto físico, biológico, psicológico, social y espiritual.
  2. Igualdad: Las personas deben ser tratadas con la dignidad que se merecen por el simple hecho de ser personas, sin caer en actitudes de sobreprotección o discriminación por razón de edad, sexo o enfermedad.
  3. Identidad: Los usuarios de nuestros servicios deben ser tratados como persona individual. Debemos escuchar sus necesidades reales y proporcionarles lo necesario para que se sientan únicos.
  4. Respeto: Como personas adultas que son, hay que respetar su derecho a decidir por sí mismos, sin infantilizarles y sin que nadie decida por ellas.
  5. Intimidad y confidencialidad: A las personas hay que facilitarles su intimidad y hacerles ver que pueden confiar plenamente en los profesionales que les rodean.
  6. Empatía: Los profesionales debemos ponernos en el lugar de las personas que cuidamos y entender sus necesidades reales, sentimientos y miedos.
  7. Información: Las personas tienen derecho a estar informadas de cualquier cosa que les concierna, particularmente de todo lo relacionado con su salud, bienestar y entorno familiar y/o afectivo.
  8. Escucha y consideración: Hay que tener en cuenta las preferencias de las personas en cuanto a los cuidados que reciben para mejorar la atención al detalle y su calidad de vida.
  9. Valoración y refuerzo positivo: Debemos hacer que las personas se sientan queridas, importantes y necesarias, dando mensajes positivos de reconocimiento de logros, trabajo y mantenimiento, potenciando fortalezas y supliendo debilidades.
  10. Motivación: los profesionales debemos motivar a las personas que cuidamos para que sigan con sus aficiones, para que aprendan cosas nuevas, para que ayuden en los quehaceres cotidianos dentro de sus posibilidades, para que participen en actividades y, en definitiva, para que sigan desarrollando su proceso vital.