Un artículo de Maria Goretti Reig y Sonia Máyquez,
Fisioterapeuta y Terapeuta ocupacional respectivamente en la Residencia y centro de servicios L’Onada Riudoms

Hoy en día el envejecimiento activo y saludable no depende solo de haber hecho ejercicio toda la vida y de haber llevado una buena alimentación: hoy en día somos más longevos, pero en ocasiones el precio que conlleva esa longevidad es muy duro.

Hablar de envejecimiento activo y saludable no significa tan solo ver cómo podemos retardar el deterioro físico, sino cómo afectará a nuestro envejecimiento activo el hecho de presentar algún tipo de afectación cognitiva, ya que esta nos acabará influyendo, incluso a veces a corto plazo, en nuestro estado físico, calidad de vida y, sobre todo, en nuestra dependencia de terceros.

geriatricarea, envejecimiento activo y saludable
La Fisioterapeuta y Terapeuta Ocupacional trabajan en equipo para rehabilitar patologías agudas sobrevenidas y mantener capacidades en las crónicas

Esta es la realidad que nos encontramos cada día en el medio residencial: por un lado, usuarios que físicamente están preservados pero que presentan un deterioro cognitivo que les pasará pronta factura en forma de pérdidas psicomotoras si no intervenimos; por el otro, usuarios que cognitivamente están bien, pero físicamente muy limitados. Son las dos caras de una misma moneda dentro de las pérdidas que acaba suponiendo el envejecimiento  y requieren de abordajes distintos e individualizados.

No olvidemos que cualquier pérdida significa un duelo, y el hecho de velar por el estado emocional de nuestros usuarios será clave a la hora de tener una implicación y colaboración activa en su recuperación y mantenimiento de capacidades.

Desde el área Físicofuncional de L’Onada Riudoms, la Fisioterapeuta y Terapeuta Ocupacional trabajan en equipo para rehabilitar patologías agudas sobrevenidas y mantener capacidades en las crónicas, así como en la formación y supervisión continua del equipo auxiliar para la correcta aplicación de nuestras intervenciones.

Como sabemos que si el usuario puede tener la máxima independencia y autonomía, aumentará su autoestima, el fisioterapeuta trabajará en la rehabilitación de las capacidades sensitivo-motoras, adaptación del entorno e instrucción en la utilización de ayudas técnicas para facilitar la autonomía; por su lado, la labor de la Terapeuta Ocupacional se centrará en preservar y adaptar las ABVD que anteriormente la  persona siempre fue capaz de autogestionar por sí misma (higiene, cuidado personal, vestido, continencia, alimentación, etc.) a la situación actual del usuario.

Ahí está la calidad del envejecimiento realmente, en lograr mejorar la percepción de uno mismo a través del  sentimiento de utilidad e implicación en las tareas del día a día, en que la persona vuelva a creer en sí misma a pesar de las limitaciones, y en que nos siga otorgando su cariño y confianza en cada una de las etapas que va a compartir con nosotros.