El videobanking puede ser la solución a los problemas de accesibilidad que sufren los mayores con la banca digital. Se trata de un método sencillo y seguro: hacer banca por vídeo, es decir, aprovechar las videollamadas para ofrecer servicios bancarios digitales sin perder el trato humano.

Tal y como explica Saioa Echebarria, CEO de Branddocs, empresa estadounidense especializada en video-identificación y videobanking, “en primer lugar, el videobanking identificaría al cliente con la misma videollamada, gracias a herramientas de inteligencia artificial y análisis biométrico que aseguraría la identidad de la persona que se ve en pantalla. Si la persona es identificada correctamente, la interacción entre el banquero y el cliente será totalmente segura, y el banco podrá completar todas las operaciones solicitadas con la confianza de que no habrá fraude o falsificaciones».

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Los bancos comienzan a apostar por el videobanking para combinar la digitalización con la asistencia humana que reclaman las personas mayores

Pero esta tecnología que va más allá. “Si a ese proceso le incorporas la firma electrónica, el videobanking podría funcionar no solo en la banca, sino en cualquier otro sector que quiera digitalizar las transacciones con sus clientes, pero apostando por una tecnología más humanista, señala Echebarria.

Varias entidades bancarias ya han implantado este servicio, especialmente desde la irrupción de la Covid-19, como Barclays, que permite, por ejemplo, pedir préstamos o abrir cuentas bancarias a través de su app de videollamadas. O el grupo venezolano Banesco, en cuyas filiales de Panamá ha establecido el videobanking para los clientes situados en las áreas más remotas y locales.

Así, la banca por videoconferencia también podría ser la próxima novedad de los bancos españoles, sabiendo que el Gobierno ha instado a las patronales bancarias a buscar soluciones para garantizar la inclusión financiera de los mayores.

Alfabetización digital y humanización de la tecnología

Se aplique o no, Saioa Echebarria indica que la solución más efectiva está en la alfabetización digital y en la humanización de la tecnología, como la que ofrece el videobanking. Y, sobre todo, en no dejar atrás a ninguna persona en los procesos de transformación digital. “Si los bancos quieren que sus clientes se integren en sus fuertes cambios, tienen que seguir acompañándolos en los problemas que puedan surgir. No es lógico que se sustituya a las personas por máquinas y se pretenda que cualquiera pueda adaptarse fácilmente”, recalca la CEO de Branddocs. En su opinión, el videobanking es el equilibrio idóneo para combinar digitalización, inclusión financiera y satisfacción del cliente, en un momento donde la videollamada ya es igual de popular que el teléfono o el correo electrónico.

Y es que, a raíz de confinamientos impuestos por la Covid-19, la videollamada se ha convertido en una vía habitual para mantener las relaciones y los eventos sociales, como las reuniones de trabajo, las clases, las visitas a las personas mayores o muchos eventos culturales. La encuesta anual de Eurostat sobre el uso de las TIC señala que el uso de la videollamada en España se disparó del 52% de la población en 2019 al 78% en 2020. Y entre todo tipo de personas y edades. Desde los más pequeños a los mayores, pasando también por colectivos con más dificultades para manejar otras formas de comunicación a distancia, como lo es el teléfono para las personas sordas.

La videollamada es una herramienta versátil que ofrece las ventajas de la comunicación a distancia, pero que al mismo tiempo preserva el “cara a cara” añorado en tiempos de encierro. Desde entonces, algunos sectores han visto una enorme oportunidad de negocio e innovación en este tipo de comunicación. Es el caso del sector sanitario y la telemedicina, que promete ampliar el volumen y la cobertura de la asistencia médica gracias a las consultas por videollamada. O el sector de la educación, que ya está creando modelos y programas online basados en la videollamada.