Para poder seguir realizando su labor y mejorar su calidad de vida, las personas que cuidan de los casi 1,5 millones de personas dependientes que hay en España deben recibir tratamiento personalizado y programado por un profesional de la fisioterapia, tal y como advierte el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE).

Desde el CGCFE señalan que las personas dependientes son aquellas que precisan, con carácter permanente, la atención de otra persona o ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria por motivos de edad, enfermedad o discapacidad, y sufren la pérdida de autonomía física, sensorial, mental o intelectual.

En ocasiones, esas imprescindibles labores de apoyo son encomendadas a un familiar, generalmente mujer, y en otras a un cuidador profesional. Sea cual sea la situación, los trabajos que llevan a cabo derivan en una sobrecarga de esfuerzo que provoca consecuencias nocivas para su salud, tanto la mental como la física, en lo que incluso se ha denominado como el síndrome del cuidador.

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El ejercicio terapéutico es mejor herramienta para aliviar las consecuencias del sobreesfuerzo provocado por el cuidado de una persona dependiente

En ambos casos, la figura del profesional de la fisioterapia se convierte en imprescindible para que la persona al cuidado de un dependiente mejore su calidad de vida y la pueda seguir desarrollando en plenitud, incluidos sus trabajos de apoyo a la persona que no puede valerse por sí misma. Por este motivo, el CGCFE indica que el ejercicio terapéutico es la única y, por lo tanto, mejor herramienta disponible para aliviar las consecuencias que ese sobreesfuerzo provoca en el cuidador de una persona dependiente.

En este sentido, Miguel Muñoz, fisioterapeuta especialista en la recuperación de cuidadores, señala que lo primero que tiene que hacer el cuidador es cuidarse él mismo. Lo importante es estar bien cuidado y para ello, el ejercicio terapéutico es absolutamente crucial ya que es algo reglado y siempre programado por un especialista, que es el que mejor sabe hasta donde puede llegar a la hora de pautar un tipo de trabajo u otro. Cada caso merece un análisis diferente y en ningún caso se debe estandarizar el ejercicio porque lo que sirve para una situación puede perfectamente no funcionar para otra”.

Este especialista, también enfermero de formación, ha enfocado la mayor parte de sus estudios en las personas que ayudan a los enfermos de Alzheimer, que representan “el paradigma de los cuidadores”, ya que están abiertos a sufrir todo tipo de consecuencias. Y es que “el cuidador de una persona con Alzheimer está 24 horas pensando en ella, con un estrés doble, el del enfermo y el suyo propio y, generalmente, lo pasa muy mal tanto a nivel biológico, como psicológico e incluso social, ya que su vida queda prácticamente limitada a la de la persona a la que está ayudando”, afirma.

Para hacer frente a esa triple vertiente, extensible a prácticamente todos los cuidadores, es vital tanto la figura del fisioterapeuta colegiado, como la introducción de los profesionales del sector en los equipos de salud mental de la Sanidad pública, una reivindicación que el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas reitera ante el «preocupante silencio administrativo«.

El CGCFE representa a más de 63.000 fisioterapeutas que trabajan en España con el objetivo común de favorecer la salud de la ciudadanía. Además, ordena la profesión, tutela los intereses de la fisioterapia, así como su óptima aplicación y universalización. La Fisioterapia es una profesión sanitaria, según lo previsto en la legislación vigente, acreditada con el grado universitario en Fisioterapia, impartida en estos momentos en 43 universidades españolas.