Las altas temperaturas propias del verano, así como el cambio de las habituales rutinas seguidas durante el resto del año, pueden llegar a generar situaciones complicadas para el cuidado de personas con Alzheimer, situaciones que son evitables siguiendo estas recomendaciones de CEAFA.

Así, la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) ofrece algunos consejos básicos para que tanto para las personas con demencia como para sus cuidadores habituales y resto de familiares que conviven con ellos disfruten del verano.

En primer lugar, CEAFA recuerda que existen diferentes fases dentro de un proceso de demencia, por lo que no es lo mismo irse de vacaciones con una demencia leve, en la que los cuidados no son especialmente intensos, a hacerlo cuando el estado de la enfermedad está más avanzado y donde hay más riesgo de desorientación, así como mayor nivel de requerimiento respecto a cuidados más específicos.

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En verano es importante hacer que la vida de la persona con Alzheimer sea lo más previsible posible

En cualquier caso, es importante hacer que la vida de la persona con Alzheimer sea lo más previsible que se pueda, también en vacaciones. De este modo, se refuerza la seguridad y comodidad para el paciente, ya que los cambios suponen un gran esfuerzo mental que en muchas ocasiones no es aconsejable.

Los cambios repentinos de horarios, sobre todo si los vinculas también a cambios de domicilio, pueden facilitar la desorientación. En este sentido, en fases avanzadas de la enfermedad, es desaconsejable viajar, ya que el traslado puede llegar a asustar al paciente y generar riesgos innecesarios”, advierten desde CEAFA.

En caso de trasladarse por vacaciones, todo lo que se pueda planificar de antemano y preparar será una gran ventaja. Por ejemplo, en casos avanzados, es aconsejable ayudar al paciente con la elección de la ropa a llevar en la maleta, teniendo en cuenta que cuantas menos elecciones, mejor.

También lo es recordar al paciente el nombre de los familiares o visitantes habituales del lugar de vacaciones, hablar a primera hora de la mañana de los principales acontecimientos que tendrán lugar durante esa jornada o hacerles partícipes de actividades sencillas y situaciones sociales agradables para el paciente, como pueden ser las visitas de los niños.

Aunque en fases más avanzadas de la enfermedad el viajar pueda estar desaconsejado, desde CEAFA recalcan la necesidad del cuidado y del derecho al respiro de los familiares y cuidadores de personas con Alzheimer, ya que “el disfrute de vacaciones y del merecido descanso no es solo recomendable, sino totalmente necesario, vital para recargar energías y reponer las fuerzas necesarias para continuar con el cuidado el resto del año”.

En este sentido, recuerdan que, en caso de no contar con más apoyo familiar, cada vez hay más centros que ofrecen servicios de estancia temporal o respiro familiar, donde una persona puede ingresar por un periodo de tiempo limitado y ser partícipe de las actividades habituales del centro, que trabajarán y reforzarán la asistencia y cuidado del paciente siempre adecuándose a su estado físico, cognitivo y funcional.

Respecto a las altas temperaturas sufridas este verano, así como las previsiones de mantenerse durante más tiempo, desde CEAFA recuerdan también la importancia de tomar medidas y evitar efectos negativos sobre la salud de las personas con Alzheimer. En este sentido, recuerdan que, en general, las personas mayores de 65 años no se adaptan fácilmente a los cambios bruscos de temperatura y son más susceptibles al estrés térmico. Por este motivo, y más en casos de Alzheimer, es esencial mantenerse siempre en lugares frescos, especialmente durante las horas del día con mayor calor, así como permanecer correctamente hidratados durante toda la jornada.

Usar ropa ligera, que evite mayor subida de la temperatura corporal, así como mantener especialmente vigiladas a las personas dependientes y consultar al profesional sanitario ante cualquier duda relativa a la salud que pueda estar derivada de las altas temperaturas exteriores, como dolor de cabeza, mareos, respiración y frecuencia cardíaca aceleradas o alteraciones del comportamiento, son también algunos consejos básicos a tener en cuenta.