Todas las Comunidades Autonómicas de España están muy alejadas de la media de la Unión Europea en lo que respecta a profesionales de la enfermería en la Sanidad Pública, tal y como revelan los últimos estudios del Consejo General de Enfermería. A su juicio, esta situación hace inviable una atención de calidad a una población envejecida y con un incremento de las patologías crónicas.

El Consejo General de Enfermería (CGE) alerta de la amenaza que para la sostenibilidad del actual sistema sanitario público, universal y gratuito supone la falta de casi 100.000 enfermeras para igualarnos a la media europea. A juicio del CGE, sin las enfermeras y enfermeros que España necesita, resulta imposible dar respuesta al envejecimiento de la población y al incremento de las enfermedades crónicas que requieren cuidados específicos.

El Consejo General de Enfermería alerta que la carencia de enfermeras en la Sanidad Pública resulta dramática y viene de muy lejos

Tal y como reitera Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “las denuncias de la falta de enfermeras y la dejación de las Administraciones vienen desde hace décadas. Es un mal endémico de nuestro país que han tolerado e ignorado muchos dirigentes desde hace demasiados años. No se refiere a Gobiernos ni regionales, ni centrales, ni tiene que ver con elecciones ni luchas políticas. Nadie nos va a usar como arma arrojadiza pues nosotros sólo defendemos a los ciudadanos y a las 330.000 enfermeras y enfermeros”.

Pérez Raya destaca que el CGE defiende sin fisuras un sistema sanitario público fuerte, que requiere de los profesionales necesarios y no sólo médicos como se dice -que también, por supuesto- sino que el déficit de enfermeras de nuestro país es alarmante y la situación afecta a casi todos los territorios”.

“Es hora de que los políticos, de todo signo e ideología, aborden esta urgencia vital y se dejen de sus habituales luchas cainitas. Las consecuencias de la escasez de profesionales ya se empiezan a ver reflejadas en la calidad y la seguridad de los servicios ofrecidos a la sociedad. Una consecuencia que no se debe tolerar. Y no se trata de una cuestión meramente cuantitativa. Las enfermeras españolas no tienen ni el reconocimiento, ni los derechos, ni las condiciones que merecen. La situación cada día es más crítica”, advierte el presidente del Consejo General de Enfermería.

Y es que, con una media de 652 enfermeras por cada 100.000 habitantes, España ocupa el sexto lugar por la cola en la Unión Europea, donde la media se sitúa en 827. Por debajo de nuestro país sólo están Eslovaquia, Italia, Hungría, Bulgaria, Grecia y Letonia. Entre las comunidades autónomas, sólo Navarra supera la media europea. Le siguen País Vasco, Melilla y Castilla y León. Con los peores datos se encuentran Murcia, Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.

“El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años”, indica Pérez Raya.

De hecho, la proporción entre médicos y enfermeras en España difiere de los países de nuestro entorno. Mientras que en Europa, de media, hay un 70% de enfermeras y un 30% de médicos -en países como Bélgica, 85% frente a 15- en España la proporción es de sólo un 60% de enfermeras y un 40% de médicos.

“Si bien la falta de compañeros médicos es grave -en algunas especialidades muy preocupante- la carencia de enfermeras resulta dramática y viene de muy lejos para lo que habría que aumentar el número de profesionales que se gradúan cada año y frenar el éxodo al extranjero en busca de mejores condiciones profesionales y salariales de las que encuentran en España”, concluye el presidente del Consejo General de Enfermería.