Un artículo de Imara Hernández León, Psicóloga de Ballesol Tenerife

Cuando envejecemos nuestro cuerpo cambia. Lo mismo ocurre en nuestro cerebro. Con el envejecimiento se producen cambios en nuestra estructura cerebral: disminución de peso, volumen, atrofia en los hemisferios cerebrales, aumento del tamaño de los surcos corticales…

Estos cambios estructurales del cerebro tienen como consecuencia alteraciones en el funcionamiento cognitivo. El envejecimiento va acompañado de un menor rendimiento en varias funcionen cognitivas y, dependiendo del impacto de ese envejecimiento cerebral en nuestras capacidades, puede o no desarrollarse lo que llamamos deterioro cognitivo.

Los cambios cerebrales relacionados con la edad no tienen por qué significar que existe una enfermedad neurodegenerativa latente. La pérdida de memoria y de otras funciones cognitivas es un proceso normal asociado a la edad, no obstante, en algunos casos están indicando una evolución hacia la demencia.

Es aquí donde cobra importancia la valoración neuropsicológica y las distintas pruebas de neuroimagen que se usan para discernir entre envejecimiento normativo y deterioro cognitivo.

geriatricarea deterioro cognitivo severo
La estimulación multisensorial proporciona a los residentes con deterioro cognitivo severo experiencias sensoriales agradables que permiten satisfacer sus necesidades psicosociales

Diagnóstico

Existen diversas pruebas neuropsicológicas que se utilizan en el diagnóstico y cribado del deterioro cognitivo. Entre ellas se encuentran:

  • Examen Cognoscitivo Mini-Mental (MMSE, Mini-Mental State Examination).
  • Mini-Examen Cognoscitivo de Lobo (MEC)
  • Escala de Deterioro Global (Global Deterioration Scale, GDS)
  • Cuestionario de Pfeiffer (SPMSQ, Short Portable Mental Status Questionnaire)

Estas pruebas permiten valorar el estado cognitivo global de la persona para establecer su nivel de deterioro y poder planificar la intervención adecuada.

Cuando se habla de deterioro cognitivo, se establece una distinción entre deterioro cognitivo leve, moderado y severo.

  • Deterioro cognitivo leve

Se caracteriza por una alteración de la memoria informada por el propio paciente o por familiares, se mantiene conservada la función cognitiva general y se conserva autonomía para las actividades de la vida diaria.

  • Deterioro cognitivo moderado

En esta fase del deterioro se observa un recuerdo disminuido de los acontecimientos actuales y recientes, déficit en el recuerdo de su propia historia, en concentración, desorientación temporal y personal, dificultades en el reconocimiento de personas o incapacidad para realizar tareas complejas.

  • Deterioro cognitivo severo

Cuando el deterioro es avanzado, se produce una pérdida progresiva de las capacidades verbales, se necesita asistencia permanente para las ABVD, se pierden habilidades psicomotrices básicas. En este estadio del deterioro, existe una afectación global y significativa de todas las capacidades cognitivas y una gran pérdida de funcionalidad y autonomía.

Abordaje terapeútico

Las estrategias no farmacológicas desempeñan un papel fundamental en el abordaje terapéutico de las personas con demencia o deterioro cognitivo. Las terapias no farmacológicas buscan mantener la autonomía personal, retrasar el declive cognitivo y mejorar la calidad de vida. Se trata de intervenciones que mejoran la calidad de vida de las personas que sufren deterioro cognitivo sin hacer uso de fármacos. Desde un abordaje multidisciplinar, son eficaces en el tratamiento de diferentes síntomas clínicos.

Existen diversas terapias no farmacológicas para la intervención con población que presenta deterioro cognitivo:

  • Estimulación cognitiva

La estimulación cognitiva representa una de las estrategias no farmacológicas más estudiada para el tratamiento y prevención del deterioro cognitivo. Se basa en utilizar distintos tipos de tareas para promover la actividad cognitiva. Tareas de papel y lápiz, dinámicas grupales, juegos cognitivos, actividades manuales…

Dentro de la estimulación cognitiva se engloban los talleres de memoria y reminiscencia, la terapia de orientación a la realidad y todas aquellas actividades que intervengan sobre alguna de las capacidades cognitivas superiores (atención, memoria, lenguaje, percepción, funciones ejecutivas)

En aquellas personas con deterioro cognitivo leve, en las que todavía no existe una repercusión funcional significativa, sirve como estrategia preventiva (retrasar el desarrollo de demencia). En aquellas personas con deterioro moderado promueven el mantenimiento de aquellas capacidades conservadas, facilita la interiorización de nuevos aprendizajes y busca mantener la autonomía el máximo tiempo posible.

Sin embargo, en aquellas personas con deterioro cognitivo severo, cuyas capacidades cognitivas están muy mermadas, la estimulación cognitiva deja de ser efectiva. Esto se debe a que, a pesar de ser una terapia que debe adaptarse al individuo, requiere de una conservación mínima de las capacidades cognitivas que en pacientes con demencia severa puede no darse. La alternativa de intervención para estos pacientes es la estimulación multisensorial (EMS).

  • Estimulación multisensorial

La EMS tiene como objetivo principal la estimulación de los sentidos primarios enfocados a crear experiencias sensoriales placenteras en un ambiente de bienestar. Se trata de una intervención destinada a mejorar la calidad de vida de las personas proporcionando, en unos entornos especialmente diseñados, la oportunidad de que la persona disponga de un espacio y un tiempo de bienestar, de relajación y de contacto con el entorno.

Proyecto “Despierta tus sentidos”  

Siguiendo esta filosofía de intervención nace en los centros Ballesol el proyecto Despierta tus sentidos”, un programa de estimulación multisensorial (EMS) basado en el concepto Snoezelen que se ha puesto en marcha en distintos centros para cubrir las necesidades de aquellas personas con demencia severa.

Dada la dificultad de intervención en población con deterioro cognitivo severo sin contar con medios técnicos específicos, la gran alteración de sus capacidades cognitivas y los déficits sensoriales propios de la edad, las personas con demencia avanzada institucionalizadas son vulnerables a la deprivación sensorial. Esta ausencia de estimulación empeora su estado físico, disminuye su participación social y sus capacidades cognitivas.

Dado que esta estimulación no requiere de capacidades cognitivas superiores, es adecuada para aquellas personas con mayor deterioro cognitivo o con mayores dificultades en sus capacidades comunicativas.

“Despierta tus sentidos” busca que las personas con deterioro cognitivo severo experimenten, exploren, sientan, perciban, interioricen e identifiquen las sensaciones y percepciones del propio cuerpo y/o de la realidad externa, con la finalidad de posibilitar un estado de bienestar.

Para conseguir estos objetivos, los centros Ballesol que tienen en marcha este proyecto cuentan con una sala de EMS o Snoezelen que permite graduar el nivel de estimulación y que está compuesta por distintos elementos sensoriales; una columna de burbujas, proyector, fibra óptima, bola de espejos, panel táctil, pelotas sensoriales, etc. Estos elementos posibilitan la creación de estímulos que abarquen las distintas modalidades sensoriales.

Se trata de una intervención centrada en la persona. En función de las capacidades cognitivas y físicas del usuario se establece una intervención y unos objetivos personalizados. Para ello, se realiza una valoración sensorial, neuropsicológica, conductual y afectiva.

Se parte de una historia de vida sensorial, un registro de aquellos estímulos relevantes para cada persona, que ayuda al departamento de psicología a diseñar el plan de intervención individualizado para cada usuario.

La intervención se centra en distintos tipos de estimulación:

  • Estimulación somática.
  • Estimulación vibratoria.
  • Estimulación vestibular.
  • Estimulación del olfato y del gusto.
  • Estimulación auditiva.
  • Estimulación visual.

Se interviene en sesiones con grupos pequeños de residentes mediante una metodología que permite combinar los recursos de la sala para estimular distintos sentidos en una misma sesión o utilizar los elementos de manera individual. Las sesiones comienzan con una activación inicial. Se continua con el cuerpo de la sesión basada en actividades sensoriales y se cierra con una actividad que propicie la relajación.

El centro de la estimulación sensorial es el residente, por ello durante las sesiones se observan los signos de agrado/desagrado de los usuarios para propiciar que la estimulación genere sensación de bienestar.  A lo largo de las sesiones se realiza un seguimiento y registro de las respuestas de los residentes, adaptando el plan de intervención a los resultados obtenidos.

Estas sesiones proporcionan a los residentes experiencias sensoriales agradables, permiten satisfacer sus necesidades psicosociales generando bienestar y una mejoría de su calidad de vida. Se trata de un momento creado para disfrutar y experimentar sensaciones agradables.

Estos programas de estimulación multisensorial, además de haber demostrado resultados consistentes en la mejora de los síntomas clínicos en etapas avanzadas de la demencia son, en muchas ocasiones, la única vía de estimulación que reciben las personas con demencia avanza. Por ello, constituyen un elemento esencial en la intervención dirigida a personas con demencia o deterioro cognitivo.