Los seres humanos tienen cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Los sentidos alimentan el cerebro con fragmentos de información que ayudan a construir una imagen del entorno. La vista es el sentido más importante, principalmente porque proporciona el 80% de la información necesaria para percibir el mundo, que está lleno de una variedad de colores, formas y patrones.

Con el paso de los años, los problemas de visión se vuelven cada vez más habituales. De hecho, el 80% de la población mayor de 60 años padece problemas de visión, según un estudio realizado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). El desprendimiento de retina es uno de los problemas oculares más comunes relacionados con el envejecimiento.

En España, el desprendimiento de retina afecta cada año a 1 de cada 10.000 personas, siendo los diabéticos, las personas que han sufrido un importante traumatismo ocular y las personas con miopía, especialmente si son altos miopes (más de 8 dioptrías), los que más probabilidades tienen de padecerlo.

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El desprendimiento de retina es uno de los problemas oculares más comunes relacionados con el envejecimiento

Esta enfermedad grave del ojo se produce por la separación espontánea de la retina neurosensorial (capa interna de la retina) del epitelio pigmentario (capa externa). Los síntomas del desprendimiento de retina generalmente consisten en la visión de destellos luminosos y moscas volantes, así como distorsión en las imágenes, o una disminución de la visión. Los pacientes a veces describen la disminución de la visión como una cortina negra que cae por alguna zona del campo visual. A pesar de ello, algunos pacientes no experimentan ningún síntoma.

Técnicas quirúrgicas para el tratamiento del desprendimiento de retina

El diagnóstico y el tratamiento precoz del desprendimiento de retina es fundamental. A diferencia de otras enfermedades de la retina que no tienen cura, como es el caso de las distrofias de la retina, el desprendimiento de retina se puede tratar a través de técnicas quirúrgicas, que tienen como objetivo unir la retina afectada y evitar una mayor pérdida de la visión.

Existen distintos tipos de técnicas quirúrgicas para tratar el desprendimiento de retina, en función del grado y de la fase:

  • Fotocoagulación con láser
    Esta técnica consiste en la emisión de un haz de luz (láser) que sobrecalienta el tejido retiniano generando pequeñas quemaduras controladas alrededor de la zona desprendida. Estas quemaduras acaban por cicatrizar y sellan la rotura retiniana, evitando que el humor vítreo, es decir, el gel transparente que rellena la cavidad ocular, se infiltre entre la retina neurosensorial y el epitelio pigmentario.

  • Vitrectomía
    Esta técnica consiste en la extracción del humor vítreo del interior del ojo mediante pequeñas microincisiones en la esclera o pared externa del globo ocular. Tras la extracción del humor vítreo, posteriormente se reaplica la retina neurosensorial sobre el epitelio pigmentario. Luego se trata la rotura retiniana con láser desde el interior del ojo. Finalmente se inyecta gas o aceite de silicona en la cavidad ocular para mantener la retina en su lugar contra el interior del ojo mientras sana.

  • Cirugía escleral
    Esta técnica consiste en la colocación de una banda de silicona alrededor de la esclera (la capa más externa de la pared del ojo) para mantener una presión externa sobre el globo ocular, que facilita el cierre de la rotura retiniana.

Cerca del 95% de las personas que sufren desprendimiento de retina recuperan la visión con un diagnóstico precoz y una cirugía urgente.