La desnutrición se asocia con un peor pronóstico, mayor riesgo de sufrir complicaciones de la enfermedad, discapacidad y aumento del gasto sanitario, por lo que es clave detectarla de forma precoz.

A día de hoy, existe evidencia científica de que la desnutrición se asocia con un peor pronóstico, mayor riesgo de sufrir complicaciones de la enfermedad, discapacidad y aumento del gasto sanitario. En este sentido, el doctor Francisco Botella, coordinador del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica que “es importante detectarla de forma precoz mediante, lo que se conoce como cribado de la desnutrición”.

La SEEN define la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad (DRE) como la desnutrición cuya causa es una enfermedad o el tratamiento de la misma. Sobre esta definición, el doctor Botella subraya que no es fácil, y explica que “el último intento de consenso fue en 2018 con los criterios de Liderazgo Global sobre Desnutrición, GLIM por sus siglas en inglés, en los que se establece el diagnóstico de desnutrición cuando confluyen pérdida de peso y/o masa muscular (criterio fenotípico) con disminución de la ingesta y/o enfermedad aguda o crónica (criterio etiológico)”.

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Síntomas para identificar la desnutrición

Entre los síntomas para detectar la desnutrición, el más fácil en el momento de diagnosticarla es la pérdida de peso no intencionada. La merma de la capacidad funcional, es decir, la habilidad para realizar las actividades habituales en la vida, con sensación de cansancio, puede ser otro síntoma de esta patología.

Sobre la sintomatología, la doctora Carmen Aragón, miembro del Área de Nutrición de la SEEN, advierte que “la desnutrición disminuye la capacidad de adaptación del organismo frente a la agresión que produce la enfermedad, haciéndolo más vulnerable, por ejemplo, a infecciones o más proclive a tener complicaciones de un tratamiento como la quimioterapia, lo que puede conducir al abandono de la misma”. Y añade que “cualquier enfermedad, tanto aguda como crónica, puede ser origen de desnutrición empeorando el pronóstico y disminuyendo la calidad de vida”.

Abordaje y recomendaciones sobre la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad

La figura del endocrinólogo resulta esencial en el abordaje de los pacientes que sufren desnutrición como especialista médico con formación específica para diagnosticar y tratar esta enfermedad. Sobre su papel, la doctora Aragón explica que “el abordaje de la desnutrición hospitalaria requiere también equipos multidisciplinares dentro de los Servicios de Endocrinología y Nutrición (Unidad de Nutrición Clínica y Dietética), con endocrinólogos, enfermeras, nutricionistas y farmacéuticos, entre otros”.

En cuanto a las recomendaciones en la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad, generalmente suele aconsejarse enriquecer la dieta habitual añadiendo alimentos que aumenten su densidad energética como el aceite de oliva o incrementen el contenido de proteínas como la clara de huevo, aunque es cierto que deben adaptarse a cada patología causante de la desnutrición.

Sobre este aspecto, el doctor Botella matiza que, si las medidas dietéticas no son suficientes, “se pueden aplicar distintas técnicas de terapia médica nutricional artificial como el uso de suplementos nutricionales, la nutrición enteral por sonda o la nutrición parenteral o intravenosa”.

Por otro lado, la SEEN manifiesta preocupación por el aumento en los casos de pobreza asociada a una alimentación deficiente o carencial., lo cual, como indica el doctor Botella, “puede colocar a las personas en situación de gran vulnerabilidad a la hora de enfrentarse a cualquier enfermedad, cerrando el círculo desnutrición/enfermedad con consecuencias muy graves en los resultados de salud y el coste sanitario”.

En relación a los avances en el diagnóstico de la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad, destaca la introducción de la valoración morfofuncional mediante la aplicación de técnicas de imagen (ecografía, escáner), composición corporal (bioimpedancia) y pruebas funcionales (velocidad de la marcha) posibilitando la obtención de datos objetivos que contribuirán a monitorizar el tratamiento y establecer un pronóstico.

Ahora el reto para los endocrinólogos, es “conseguir que el cribado de la DRE llegue a todos los pacientes y que quien lo precise reciba un tratamiento médico nutricional”, señala la doctora Aragón.