A la hora de abordar las patologías crónicas es clave centrar la atención en las necesidades del paciente, coordinar estrategias entre los distintos sistemas de salud que coexisten en España y que funcionan a velocidades diferentes, y poner en valor las múltiples posibilidades que ofrece la tecnología sanitaria.

Estas son algunas de las conclusiones de los especialistas y representantes de las consejerías de salud autonómicas que se dieron cita en la jornada Flashes sobre el impacto de la pandemia en el paciente crónico. La importancia de la tecnología sanitaria’, organizada por el Institute for Healthcare Management de EsadeGov y Fundación Signo, con el patrocinado por Abbott.

En este encuentro se dieron a conocer diferentes perspectivas sobre la gestión sanitaria a través de los planes implementados en Andalucía, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.

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Panel de expertos de la jornada ‘Flashes sobre el impacto de la pandemia en el paciente crónico. La importancia de la tecnología sanitaria’

Durante su intervención en el mismo, Manel Peiró, director del Institute for Healthcare Management de Esade y moderador de la sesión, indicó que «hemos salido exitosos de la situación crítica que ha supuesto la pandemia de Covid-19 pero, tras el estrés al que hemos sometido a las estructuras del sistema sanitario, ha cambiado el paradigma de gestión para centrarnos en la atención basada en el valor y en las posibilidades que el mundo tecnológico abre».

Por su parte, Begoña Fernández, directora general de Cuidados y Calidad del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), describió los objetivos del Plan Integral de Atención del Paciente Crónico Complejo, activado en Castilla-La Mancha. A través del mismo, «queremos lograr que el paciente crónico complejo sea atendido en la comunidad, en su domicilio y evitar visitas por descompensaciones a los servicios de urgencias, y que sufran ingresos innecesarios», señaló la especialista.

Además, la representante del SESCAM hizo hincapié en que los pacientes crónicos complejos no tienen por qué ser personas mayores y en que, tanto ellos como sus cuidadores, «quieren implicarse en el tratamiento y seguimiento de la patología». En este sentido, las Unidades de Continuidad Asistencial han demostrado ser una herramienta efectiva que permite coordinar a los equipos de atención primaria y hospitalaria.

«A estas unidades recurren los profesionales de Atención Primaria cuando tienen casos de descompensaciones del paciente crónico complejo y/o precisan recursos hospitalarios». Además, la directora general de Cuidados y Calidad del SESCAM recalcó que en estas unidades la figura del enfermero de enlace y trabajador social son fundamentales, ya que muchas de las descompensaciones que sufren los pacientes crónicos complejos se deben a necesidades de cuidados y servicios sociales.

En esta misma línea, Jorge Navarro, miembro del Grupo de Trabajo en Diabetes de la semFYC, incidió en que «la pandemia ha supuesto una interrupción del seguimiento de los pacientes con patologías crónicas, pero los retos ya estaban allí». «El creciente envejecimiento y la zona de residencia son dos condicionantes que determinan la calidad del seguimiento y de la atención sanitaria, observando un alto impacto de los componentes sociales», advirtió el especialistas.

En este sentido, los programas de cribado automatizados, la estratificación de la población en grupos de riesgo y la vigilancia digital «pueden contribuir a que nadie sea olvidado por el sistema y podamos desarrollar una visión heterogénea de las patologías crónicas».

Diferencias en el control de la patología crónica durante la pandemia

En esta jornada organizada por el Institute for Healthcare Management de EsadeGov y Fundación Signo también se abordaron las diferencias en el control de la patología crónica durante la pandemia. Eugenia Carandell, directora de Asistencia Sanitaria del Servicio de Salud de las Islas Baleares (IBSalut), hizo referencia a una publicación reciente que señala «las que requieren mayor dificultad diagnóstica o necesitan la presencialidad para su diagnóstico han sido las grandes perdedoras de la pandemia, como el asma o el EPOC. Por el contrario, otras patologías como la diabetes o el hipercolesterolemia, al requerir solamente una analítica para su diagnóstico, han recuperado los diagnósticos esperados con respecto a los reales».

Por ello, los principales retos del gobierno insular en materia sanitaria son «recuperar la actividad de los hospitales mediante el plan de choque para reducir las listas de espera y el aumento de camas dedicadas a pacientes crónicos y de pacientes de atención intermedia», señaló.

Respecto a las mejoras en prevención, Mª Asunción Martínez Brocca, directora del Plan Integral de Diabetes de Andalucía, aludió a la actualización de las principales líneas de este plan, entre las que se encuentra la promoción de estilos de vida saludable «para prevenir, entre otros muchos problemas de salud, que el 15% de las personas adultas, identificadas en situación de pre-diabetes en nuestra comunidad avancen hacia el desarrollo de diabetes». Y es que, como recordó Martínez Brocca, «un plan de salud es intentar establecer líneas a largo plazo orientadas a la mejora de resultados de salud, que tengan una evidencia de beneficio potente y que persistan pese a las incidencias de tipo político o económico».

Asimismo, advirtió que «es necesario corregir el impacto que la Covid-19 ha tenido en el seguimiento y resultados en salud de los pacientes con patologías crónicas, tanto en la actualidad como en el futuro; por ejemplo, aún no hemos conseguido reducir los ingresos hospitalarios por complicaciones agudas de la diabetes hasta los niveles previos a la pandemia. Por tanto, un objetivo primordial es recaptar y retomar el control de las personas con patologías crónicas y especialmente en diabetes».

La tecnología sanitaria clave para el control de las patologías crónicas

Por otra parte, Mª Asunción Martínez Brocca, también recalcó que «la pandemia de Covid-19 ha supuesto una oportunidad porque ha sido una herramienta transformadora, que ha impulsado la telemedicina, ha permitido reinventarse e imaginar otro futuro».

En este sentido, Jorge Navarro destacó que «el sector salud es un entorno complejo al que hay que dar una visión lo más global posible. Las nubes de datos pueden servir para integrar las historias clínicas y tener una coordinación entre sistemas sanitarios».

Por tanto, la tecnología y la telemedicina se han posicionado como herramientas fundamentales para mantener el control de las patologías crónicas y la adherencia al tratamiento de los pacientes. En este sentido, Itziar Oyagüez, directora asociada en PORIB. Pharmacoeconomics & Outcomes Research Iberia, apuntó que «la tecnología sanitaria puede dar un soporte muy importante al paciente crónico y es que sabemos que las patologías crónicas pueden suponer hasta un 75% del gasto sanitario».

Un ejemplo de ello son las personas con diabetes Tipo 1 y Tipo 2 en múltiples dosis de insulina que utilizan sistemas de monitorización flash de glucosa. En Andalucía, recalcó Mª Asunción Martínez Brocca, «la extensión de su uso por parte de profesionales sanitarios y pacientes y un análisis adecuado del gran volumen de datos que generan permitirá construir un planteamiento proactivo del seguimiento de estos pacientes».

Sin embargo, «no toda la tecnología sanitaria tiene el mismo valor«, advirtió Itziar Oyagüez. Y es que, «aunque el avance de la tecnología es imparable y es esencial incrementar los recursos tecnológicos disponibles para atender a los pacientes, también es crucial asegurar que los pacientes acceden a la tecnología sanitaria que las agencias evaluadoras han identificado como la mejor en todo su conjunto».