La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha firmado un manifiesto para sensibilizar sobre la relación entre la obesidad y los problemas osteoarticulares. La reducción de peso corporal y la práctica de ejercicio físico tienen un efecto positivo en el pronóstico de las patologías osteoarticulares, especialmente en la rodilla y la cadera. Además, una alimentación adecuada es clave en el tratamiento de la osteoporosis y la obesidad.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), junto con otras sociedades científicas, ha suscrito el ‘Manifiesto a favor de Salud Osteoarticular y de combatir la Obesidad’ con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la relación entre la obesidad y los problemas osteoarticulares.

La obesidad es el principal factor de riesgo en el desarrollo de la osteoartritis, que es la causa principal de dependencia de la movilidad y discapacidad. A su vez, la disminución de la movilidad por causas osteoarticulares contribuye al inicio y mantenimiento de la obesidad. La reducción del peso corporal y la práctica de ejercicio físico tienen un efecto positivo en el pronóstico de las patologías osteoarticulares, especialmente en la rodilla y la cadera.

Geriatricarea diabesidad diabetes obesidad HM hospitales prevención epidemia global
El riesgo de sufrir una fractura aumenta con la edad, no solo por la disminución de la densidad mineral ósea sino también por el sobrepeso

El riesgo de sufrir una fractura aumenta con la edad, no solo por la disminución de la densidad mineral ósea sino también por el sobrepeso. Las personas con obesidad pueden tener un descenso en los niveles de vitamina D, lo que puede provocar una alteración en la formación del hueso y aumentar el riesgo de fracturas por estrés en los pies y tobillos.

Una alimentación adecuada es clave en el tratamiento de la osteoporosis y la obesidad. De hecho, los datos que arroja el ‘Manifiesto a favor de Salud Osteoarticular y de combatir la Obesidad’ ponen de relieve que el 30% de las personas de 65 años o más pueden sufrir una caída una vez al año y este porcentaje se sitúa en el 50% en los mayores de 80 años.

La Dra. Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN, incide en que la obesidad puede suponer una «sobrecarga de las articulaciones que puede lesionar los cartílagos, sin embargo, otros factores presentes en la obesidad como la inflamación crónica, la resistencia a la insulina, pueden iniciar y perpetuar los problemas osteoarticulares.«

«Así es como en la obesidad se pueden ver afectadas articulaciones que no están sometidas a la carga del peso. La obesidad también afecta al hueso y la sobrecarga de peso puede aumentar el riesgo de fracturas por estrés (sin un traumatismo importante) en pies y tobillos«, advierte la experta.

Por su parte, la doctora Mª Rosa Alhambra, miembro del Grupo de Metabolismo Mineral Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), señala que las personas con obesidad “tienen un descenso de los niveles de 25 OH vitamina D circulante, lo que puede provocar una alteración en la formación del hueso alterando su cantidad y la arquitectura. Este descenso de vitamina D junto con el aumento del fósforo dietético se puede asociar a un aumento de paratohormona (PTH) que puede influir de manera independiente en el metabolismo óseo”.

La doctora Alhambra señala que los adultos deben consumir entre 1.000-1.200 mg/día de calcio, es decir, entre 3 y 4 porciones de productos lácteos diarios, además de mantener niveles adecuados de vitamina D, que favorece la absorción de calcio en el intestino y regula su excreción renal.

La experta incide en que la vitamina D también es crucial para el paciente con osteoporosis porque mejora la fuerza muscular disminuyendo el riesgo de caídas. “El organismo obtiene el 90% de la vitamina D por la exposición al sol y menos del 10% con la dieta. Los requerimientos varían con la edad: en adultos se estiman en 600-800 unidades internacionales (UI) de vitamina cada día y los mayores de 70 años necesitan 800-1.000 UI de vitamina D diaria”, explica la endocrinóloga, quien resalta la importancia también de la ingesta de magnesio, proteínas, ácidos grasos omega-3, vitamina K o C.

La relación entre la obesidad y el Metabolismo Mineral Óseo es controvertida, y la alta cantidad de grasa en personas con obesidad interfiere en la absorción intestinal de calcio. Por tanto, es preciso mantener un plan de alimentación equilibrado para asegurar el aporte suficiente de algunos nutrientes fundamentales para el hueso.

El manifiesto también reivindica la necesidad de que se ponga en marcha una campaña preventiva que haga especial hincapié en la Educación para la Salud desde los centros educativos donde las enfermeras escolares ejercen un papel fundamental, así como en los planes promovidos desde el Ministerio de Sanidad y varias Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas, fomentando la necesidad de una alimentación sana y la práctica de ejercicio físico.