Un artículo de Rakel Goñi,
Área de Proyectos y Comunicación de la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA)

Las nuevas tecnologías aplicadas a la salud han ido evolucionando desde las últimas décadas del siglo XX hasta el siglo XXI, que es donde se ha producido una rápida expansión de las tecnologías móviles y la conectividad a Internet.

Cuando hablamos de tecnologías móviles de salud nos referimos a las conocidas como MHealth (mobile Health), que son dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes y tabletas, junto a otras aplicaciones y recursos tecnológicos que brindan atención médica, monitoreo de la salud y promoción del bienestar. Estas tecnologías están diseñadas para facilitar el acceso a la atención médica y mejorar la salud y el bienestar de las personas.

Las nuevas tecnologías han favorecido a toda la sociedad, pero el grupo más beneficiado por estas es el de las personas mayores o dependientes, al que se le ha abierto un mundo de posibilidades en relación con su salud, bienestar y calidad de vida, y en el que se les ha ofrecido solución a problemas reales.

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Estas tecnologías se han ido diseñando para ser accesibles, intuitivas y adaptadas a sus necesidades y han dado solución a muchos problemas que eran difíciles de salvar sin la tecnología, como es el caso de la teleasistencia y la telemonitorización. Ambas permiten a las personas mayores recibir atención médica y seguimiento de su salud, desde la comodidad de sus hogares y a través de dispositivos de comunicación, como videollamadas. Existen también dispositivos que permiten monitorear signos vitales, ofrecer orientación médica y realizar un seguimiento a distancia.

Además, han surgido en el mercado diferentes dispositivos portátiles, como relojes inteligentes y pulseras de actividad, que miden constantemente la frecuencia cardíaca, la presión arterial y otros parámetros vitales. Esto permite a las personas mayores o dependientes controlar su salud en tiempo real y detectar cualquier anomalía de forma temprana.

Sin olvidar los dispositivos domésticos inteligentes, como los altavoces virtuales, los cuales pueden ser programados para ayudar a las personas mayores o dependientes en su vida diaria. Estos dispositivos pueden proporcionar recordatorios de citas, gestionar tareas domésticas, responder preguntas rápidas, así como usar las diferentes skill que están en las plataformas de Amazon Alexa o Google Assistant, que son funcionalidades que permiten a los usuarios interactuar y realizar diversas tareas con el asistente virtual a través de comandos de voz.  

Estas tareas pueden hacer desde reproducir música, obtener información del clima, recordatorios o abrir aplicaciones que sirvan para trabajar la estimulación cognitiva, la cual puede beneficiar a personas con deterioro cognitivo con o sin demencia y que buscan mantener y mejorar sus habilidades.

La comodidad y flexibilidad de poder utilizar una skill en cualquier momento y lugar, genera una gran comodidad y flexibilidad a los usuarios de este tipo de aplicaciones, además de solucionar una problemática habitual para aquellos que viven en zonas rurales con escasos servicios y que no disponen de asociaciones o centros en los que realizar este tipo de Terapias No Farmacológicas como es la estimulación cognitiva.