Un artículo de DomusVi
La edad puede ir acompañada de riesgos para la salud mental, particularmente en situaciones de soledad, presencia de enfermedad o pérdida de autonomía persona. Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 14 % de las personas mayores de 60 años padecen algún trastorno mental o neurológico, como depresión, ansiedad o deterioro cognitivo.
Ante este reto, adoptar un enfoque integral que sitúe la salud mental como un eje transversal en los cuidados, terapias y tratamientos es crucial. De esta manera, la promoción de acciones preventivas y terapéuticas adaptadas a cada persona -a través de actividades cognitivas, ejercicio físico, terapias creativas, relaciones sociales significativas o espacios de escucha activa-, así como el desarrollo de intervenciones específicas -como la musicoterapia, el psicodrama o la terapia asistida con animales-, son especialmente relevantes para preservar la autonomía, el bienestar emocional y la calidad de vida de las personas.
DomusVi promueve este enfoque holístico en sus centros y programas poniendo al individuo y sus necesidades en el centro de los cuidados, un modelo de atención que contribuye significativamente al bienestar mental de las personas.

Un modelo que humaniza los cuidados
Esta filosofía se articula a través de un modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP) y su historia de vida, que contempla no solo su estado de salud o nivel de dependencia, sino también su trayectoria vital, entorno afectivo y preferencias. Cada persona envejece de forma distinta, y los apoyos deben adaptarse a esa diversidad para ofrecer un cuidado verdaderamente individualizado.
Este enfoque se articula a través del Proyecto Humaniza, una iniciativa que va más allá del modelo ACP y que se extiende a profesionales, espacios y lenguaje institucional. El objetivo es crear un ecosistema de cuidados basado en el respeto, la dignidad y la participación activa. En este sentido, los centros DomusVi están diseñados para ofrecer entornos inclusivos y respetuosos que protegen la intimidad, promueven la socialización y refuerzan el sentimiento de hogar y pertenencia.
Los profesionales que cuidan la salud mental de las personas mayores
Para ofrecer una atención integral y centrada en la persona, DomusVi dispone de equipos multidisciplinares con formación especializada en salud mental y geriatría que trabajan de forma coordinada. Psicólogos gerontológicos, terapeutas ocupacionales, personal de enfermería y medicina con conocimientos en salud mental, así como animadores socioculturales con experiencia en envejecimiento activo, colaboran para preservar el bienestar emocional, funcional y social de las personas mayores en todos los centros.
Participación de las familias y atención integral
El cuidado se ha de concebir como un proceso compartido. Por eso, se promueve la implicación activa de los familiares a través de diferentes herramientas. Una de ellas es el Consejo de Familias, un órgano consultivo presente actualmente en 104 residencias. Este espacio facilita el diálogo entre equipos y familias, permite recoger propuestas, detectar necesidades y adaptar rutinas y actividades de forma colaborativa, siempre orientadas al bienestar de las personas mayores.
Esta participación activa no solo mejora la calidad del cuidado, sino que también refuerza los lazos emocionales y contribuye directamente a la salud mental de quienes viven en los centros. Sentirse escuchado, acompañado y reconocido por el entorno más cercano es un elemento clave en la prevención del aislamiento emocional.
Fomento de una cultura del buen trato
El buen trato no solo implica proteger la integridad física, sino también garantizar un acompañamiento basado en la empatía, la escucha y el reconocimiento del otro, aspectos clave para la prevención del deterioro emocional y la promoción de la salud mental.
Como parte de este enfoque, la compañía trabaja para consolidar una cultura del buen trato que refuerce el respeto, la dignidad y la protección emocional como pilares del cuidado. Ello incluye formación continua para los profesionales, campañas de sensibilización y protocolos específicos para detectar y prevenir situaciones que puedan afectar negativamente al bienestar psicológico de los residentes.
Este compromiso se consolidó en 2024 con la creación de una Cátedra Universitaria sobre el Buen Trato, en colaboración con la Universidad CEU San Pablo, que refuerza el papel del conocimiento, la investigación y la formación avanzada en la construcción de una cultura del cuidado respetuosa y humanizada.
En definitiva, este modelo de atención integral no se limita a los aspectos clínicos o funcionales del envejecimiento, sino que contempla también las dimensiones emocionales, relacionales y sociales. El objetivo es proporcionar un acompañamiento personalizado, centrado en preservar la autonomía, la conexión con los demás y el sentido de pertenencia en todas las etapas de la vida.