Con motivo de la celebración el 8 de septiembre del Día Mundial de la Fisioterapia, desde el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco (COFPV) se recuerda que la fisioterapia y la actividad física son herramientas clave para favorecer la autonomía, la participación social y la calidad de vida en todas las etapas del envejecimiento.

Bajo el lema “Vivir bien, envejecer mejor…movimiento para todos” el COFPV conmemora el Día Mundial de la Fisioterapia, una celebración que recuerda la creación de la  creación de la Confederación Mundial de Terapia Física (World Physiotherapy), organización que representa a la profesión de la fisioterapia y que agrupa a más de 600.000 profesionales en todo el mundo.

Este año la campaña centra su mensaje en el envejecimiento saludable, con especial atención a la prevención de la fragilidad, la reducción de caídas y la atención a los síndromes geriátricos. Y es que, tal y como recalcan desde el COFPV, el envejecimiento saludable no significa únicamente vivir más años, sino hacerlo de manera independiente y con capacidades físicas, mentales y sociales que permitan a las personas seguir participando en la vida comunitaria.

En este sentido, los fisioterapeutas desempeñan un papel fundamental: ayudan a prevenir enfermedades, reducir dolor, mejorar la movilidad y contribuyen a conservar la autonomía de las personas mayores. Esto supone un reto prioritario en una sociedad que verá duplicarse el número de personas mayores de 60 años a nivel mundial entre 2019 y 2050.

Como señala Asier Arrizabalaga, vicepresidente del COFPV y experto en envejecimiento saludable y calidad de vida, “desde el COFPV queremos subrayar que la fisioterapia es esencial para un envejecimiento activo y saludable. Nuestro compromiso es acompañar a la sociedad en este reto, ayudando a que las personas mantengan su autonomía y disfruten de una vida plena el mayor tiempo posible”.

Sin embargo, no todas las personas envejecen al mismo ritmo. Con la campaña “Vivir bien, envejecer mejor…movimiento para todos” el COFPV recuerda que existe también el envejecimiento biológico prematuro, un proceso en el que los órganos y tejidos muestran signos de deterioro antes de lo esperado para la edad que corresponde. Factores como el estrés, la inactividad, la malnutrición o determinadas enfermedades crónicas aceleran este desgaste.

Más allá de enfermedades crónicas, muchas personas mayores se enfrentan a problemas complejos que afectan directamente a su día a día: caídas, fragilidad, pérdida de masa muscular, inmovilidad o deterioro cognitivo. 

Se calcula que entre el 30% y el 50% de las personas mayores de 65 años sufren al menos una caída al año, y más de la mitad repite. La fisioterapia responde a este reto con programas de equilibrio y reeducación de la marcha, técnicas manuales, fisioterapia respiratoria y actividades adaptadas que ayudan a prevenir complicaciones, mejorar la resistencia y favorecer que las personas mayores se mantengan activas e independientes durante más tiempo.