Un artículo de Javier Bendicho Montes, Mercedes Albacete Miranda y Rita Redondo Flores

¿Qué pasaría si personas mayores con Deterioro Cognitivo Leve asumieran el rol de guías en un museo etnológico, centrado en objetos cotidianos, que forman parte de su historia de vida?; ¿y qué pasaría, además, si los grupos de personas que reciben la visita no supieran que las personas mayores que están haciendo de guías tienen deterioro cognitivo, hasta el final de la actividad?

Así es cómo surge este proyecto, que actualmente se encuentra en fase experimental en la ciudad de Valencia. La propuesta nace desde la Asociación COTLAS en colaboración con el Museu Valencià d’Etnologia (L’ETNO), buscando explorar nuevas formas de participación cultural y social de las personas mayores con deterioro cognitivo leve (DCL).

Actualmente el DCL afecta en torno al 15%-20% de las personas mayores (Petersen et al., 2018), porcentaje que aumenta con la edad. Esta condición afecta no solo a funciones cognitivas como la memoria, la atención o el lenguaje, sino también la capacidad de interactuar socialmente, el bienestar emocional y, en general, a la calidad de vida.

Ante esta situación, las intervenciones no farmacológicas han ganado relevancia en los últimos años, contribuyendo a mejorar el bienestar emocional. Entre ellas, la terapia de reminiscencia destaca por su eficacia comprobada, tanto en personas con DCL, demencias, como en aquellas sin deterioro cognitivo. Con amplio respaldo científico, ha mostrado resultados significativos en la mejora del estado de ánimo y la sintomatología depresiva, reducción de alteraciones de conducta, reducción de la soledad, aumento del bienestar psicológico, satisfacción vital y la autopercepción de la identidad (Delfa-Lobato et al., 2023; Woods et al., 2018).

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Las personas mayores con DCL vivieron esta actividad con gran satisfacción, al sentirse protagonistas

Este efecto positivo sobre la salud mental en el envejecimiento ha inspirado la exploración de otros entornos que puedan favorecer experiencias similares. En este sentido, los museos, tradicionalmente concebidos como espacios de conservación y divulgación cultural, están adquiriendo un nuevo rol como agentes de salud y bienestar (Fancourt y Finn, 2019).

Particularmente, los museos etnológicos juegan un papel especialmente relevante al poseer colecciones que conectan directamente con la vida cotidiana, las tradiciones y los objetos significativos de generaciones pasadas. Estos elementos facilitan procesos de reminiscencia, especialmente valiosos en personas mayores, ya que evocan recuerdos personales y colectivos que fortalecen la identidad, la autoestima y el sentido de pertenencia.

En este contexto, experiencias previas avalan el uso del patrimonio y los objetos cotidianos, como un recurso eficaz para estimular la memoria autobiográfica y generar emociones positivas en personas con demencia, potenciando su identidad y bienestar emocional (Redondo y Moreno, 2017, 2019). Sin embargo, la mayoría de las iniciativas que se conocen hasta la fecha posicionan a las personas mayores con deterioro cognitivo como receptoras pasivas de las actividades, generalmente dirigidas por profesionales, limitando su participación activa y su rol como agentes transformadores dentro de la comunidad.

Este proyecto apuesta por diseñar intervenciones que permitan a las personas mayores con deterioro cognitivo asumir un papel más activo, como agentes que guían y transmiten experiencias. Este enfoque, además de implicar beneficios cognitivos, emocionales y sociales en los participantes mayores, también contribuiría a una mayor inclusión social, a aumentar el sentimiento de utilidad y pertenencia, a reducir el edadismo y a favorecer la sensibilización de la sociedad hacia las capacidades y aportes de las personas mayores con limitaciones cognitivas.

Si a su vez, este planteamiento se realiza desde un enfoque intergeneracional, aporta un valor añadido. La literatura científica subraya los múltiples beneficios de las interacciones entre generaciones: reducción de estereotipos edadistas, mejora de la empatía y fomento de la cohesión social (Burnes et al., 2019; Zhong et al., 2020). En este sentido, el museo se configura como un escenario privilegiado para generar encuentros transformadores entre personas mayores y la comunidad.

Por tanto, se plantea en este proyecto la combinación de tres elementos:

  • el uso del patrimonio cultural como herramienta terapéutica
  • la participación activa de personas mayores con deterioro cognitivo en roles significativos
  • a interacción intergeneracional

A continuación, se presenta el resumen de la propuesta metodológica llevada a cabo por la Asociación COTLAS en su fase piloto, así como las conclusiones preliminares de la misma.

Propuesta metodológica

La propuesta plantea que dos personas mayores con DCL asuman el rol de guías culturales en una exposición museística de carácter etnológico. Los guías, previamente seleccionados y preparados para la ocasión, están acompañados en todo momento por al menos un profesional de referencia. La duración aproximada de la visita es de una hora, desarrollándose en un entorno accesible, bajo una dinámica participativa, promoviendo el diálogo entre los guías y un grupo receptor previamente elegido y citado para la ocasión. La fase piloto se realiza en el Museu Valencià d’Etnologia (L’ETNO), apostando por los museos etnológicos por su alto valor patrimonial e histórico.

En cuanto a la selección de los guías, se realiza en función de los criterios de inclusión y exclusión del proyecto. Se realizaron sesiones preparatorias previas, así como una visita inicial al museo. Se seleccionaron los estímulos más relevantes para las personas, se trabajó los días posteriores con la información relacionada y con los objetos etnológicos seleccionados y se construyó el discurso de la visita.

En esta fase también se diseñaron materiales de apoyo para los guías y los profesionales que acompañan. El profesional que acompaña a los guías en la visita adopta un papel de apoyo secundario, interviniendo solo cuando sea necesario para favorecer la autonomía de las personas mayores participantes.

En cuanto a los grupos receptores, estos fueron seleccionados por conveniencia, lo que ha permitido una implementación flexible y ajustada a las necesidades del proyecto. Cualquier colectivo puede desempeñar este papel, ya que lo fundamental es su disposición a participar en la experiencia. No deberán ser grupos superiores a 8-10 personas.

De acuerdo con los distintos objetivos del proyecto, se recogen datos mediante entrevistas cualitativas grabadas, cuestionarios ad hoc de satisfacción y evaluación sistemática mediante observación estructurada de las interacciones. También se registran testimonios y notas de campo de los profesionales implicados. Todos los datos serán analizados por el equipo de investigación del proyecto y posteriormente publicados.

El desarrollo del proyecto se ajusta a los principios éticos y normativos vigentes en investigación con personas, garantizando la protección, dignidad y derechos de todos los participantes, además de haber sido revisado y aprobado por un comité de ética (CI 2025-580).

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Este proyecto demuestra que el patrimonio cultural es un recurso terapéutico al servicio de la salud, la inclusión y la transformación social

Como conclusiones preliminares de la fase piloto, las personas mayores con DCL vivieron la actividad con gran satisfacción, al sentirse protagonistas, reforzando su sentido de utilidad y pertenencia. A su vez, los grupos receptores destacaron la novedad de la propuesta y el valor de relacionarse con mayores desde una mirada diferente. El momento en que se reveló que los guías eran personas con deterioro cognitivo ayudó a cuestionar prejuicios, reducir el edadismo y sensibilizar sobre la diversidad de capacidades.

En definitiva, este proyecto demuestra que el patrimonio cultural es un recurso terapéutico al servicio de la salud, la inclusión y la transformación social. Este proyecto representa una oportunidad para los museos de abrir sus puertas a colectivos con necesidades específicas, consolidándose como un espacio inclusivo y comprometido con la diversidad social.

Poner a las personas mayores con DCL en el centro de la experiencia cultural significa reconocer su valor, visibilizar sus capacidades y generar un impacto positivo tanto en ellas como en la sociedad, ayudando a romper prejuicios y demostrar que las limitaciones cognitivas no impiden aportar valor, conocimiento y experiencias enriquecedoras a la comunidad.

Si quieres conocer más sobre este proyecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de la Asociación COTLAS (cotlas@nullcotlas.org) o mediante nuestros perfiles en redes sociales.

Referencias