/p>Las enfermedades crónicas afectan a una elevada proporción de pacientes y constituyen la principal causa de mortalidad en el mundo, representando hasta el 63% de las muertes anuales, tal y como recuerda la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
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Mejorar los estilos de vida de la población es básico para la prevención o retraso en la aparición de enfermedades crónicas

En España existe una elevada prevalencia de estas enfermedades, ya que según la Encuesta Nacional de Salud de 2013, el 73% de los encuestados mayores de 65 años declaraba presentar al menos una enfermedad crónica, alcanzando el 78,5% en los mayores de 75 años (77,3% de los hombres y 79,2% de las mujeres).
Además, este informe apuntaba también un aumento progresivo de las patologías crónicas, manteniendo así su tendencia ascendente. Este aumento está muy relacionado con el progresivo envejecimiento de la población española: se espera que para el año 2050 cerca del 40% de los españoles sea mayor de 60 años.
Por otra parte, las patologías crónicas conllevan importantes efectos económicos tanto a nivel social (los pacientes con más de una enfermedad crónica multiplican por 6 los costes), como para las propias familias, sin olvidar otro efecto de estas enfermedades, en este caso no económico, la aparición del denominado “cuidador informal”, familiar, en su mayoría mujeres, que suele responsabilizarse, en mayor o menor grado según la demanda, del cuidado del paciente con la consiguiente repercusión en su propia calidad de vida, su salud y su trabajo.
Otra característica común a todas las enfermedades crónicas es la polimedicación del enfermo, que hace más probable la aparición de reacciones adversas y aumenta de esta forma, la morbi-mortalidad de estos pacientes, suponiendo también un elevado coste.
Y todo ello pese a que, tal y como de destaca desde le SEGG, estas enfermedades son prevenibles. Si bien su etiología es multifactorial (sin olvidar que un mismo factor puede favorecer la aparición de varias patologías, por ejemplo, el tabaco en el caso de enfermedades respiratorias, cardiovasculares o cáncer), su aparición está muy relacionada con los estilos de vida modificables de la población, en concreto con el consumo excesivo de alcohol, el consumo de tabaco, la falta de dietas sanas y equilibradas y el sedentarismo o la falta de realización de ejercicio físico aeróbico diario/semanal.
“Esta influencia de los estilos de vida en su aparición y en su evolución hace que su curso sea habitualmente lento, gradual y en muchos casos silente, por ejemplo, diabetes o hipertensión”, advierten los especialistas de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que las intervenciones prioritarias para la prevención o retraso en la aparición de estas enfermedades deben de ir encaminadas a mejorar los estilos de vida de la población, intervenciones, además, que considera de bajo coste.
La OMS define las enfermedades crónicas como enfermedades de progresión lenta y de larga duración, siendo además causa de una mortalidad prematura. Su aparición y desarrollo está muy relacionado con la edad de los individuos, su nivel socioeconómico y sus estilos de vida, y señala cuatro bloques de enfermedades de carácter crónico: las patologías cardiovasculares (incluyendo el infarto de miocardio o los accidentes cerebrovasculares), las enfermedades respiratorias, la diabetes mellitus y el cáncer.

Las enfermedades crónicas, protagonistas del Congreso de la SEGG

geriatricarea Congreso Sociedad Española de Geriatría y Gerontología SEGG
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y la Sociedade Galega de Xerontoloxia e Xeriatria celebrarán del 7 al 9 de junio sus congresos anuales en la ciudad de A Coruña, bajo el lema “Envejecimiento y cronicidad: una oportunidad para la prevención y la innovación”.
Para la SEGG, atender a la cronicidad en sus múltiples aspectos y disciplinas supone un reto que se puede transformar en una excepcional oportunidad para acometer medidas que nos lleven a prevenir situaciones de pérdida de autonomía o paliarlas si ya existen.
Y es que, tal y como indica su presidente, José Antonio López Trigo, “estamos convencidos que es el momento oportuno para abordar todo aquello que, de la mano del cambio, la innovación y los nuevos sistemas y tecnologías, puede suponer una mejora en la atención a los mayores. Pretendemos reivindicar el papel determinante que, para la atención a la cronicidad, desde la excelencia, deben jugar la Geriatría y la Gerontología, sus aportaciones y los avances que en este sentido se producen en nuestros campos de dedicación científica y profesional”.