El aneurisma es una dilatación de una arteria producida por la degradación de su pared y su localización más habitual es en la arteria aorta en su posición abdominal infrarrenal.

Asintomático, indoloro y silencioso, cuando se manifiesta, el aneurisma tiene una gran mortalidad a causa de las complicaciones. Por eso, la detección precoz resulta fundamental. De hecho, en algunos países como Estados Unidos, Reino Unido y Australia, existen programas de detección precoz del aneurisma de aorta abdominal.

ecografía abdominal
A pesar de no ser una enfermedad especialmente conocida entre la población, la degeneración aneurismática de la aorta abdominal afecta a entre un 4% y un 8% de los varones mayores de 65 años


El objetivo de instaurar programas de detección precoz es disminuir la mortalidad asociada a la ruptura del aneurisma y de otras complicaciones derivadas de esta patología. El riesgo de ruptura aumenta con el diámetro del aneurisma”, asegura Felipe Sainz, cirujano vascular del Hospital Universitario HM Sanchinarro.


Los orígenes de esta patología suelen ser una combinación de cierta predisposición hereditaria, la edad avanzada, el sexo masculino, la raza caucásica, la hipertensión y la influencia de otros factores exógenos como el tabaquismo. “En las mujeres es una patología menos frecuente pero presenta mayor riesgo de ruptura”, indica el Dr. Sainz.


Por otro lado, el hecho de que la dilatación de la arteria aorta sea indolora hace que la mayor parte de los diagnósticos surjan por hallazgos casuales en pruebas de imagen que se solicitan por otros motivos. Es en este punto en el que se revela la importancia capital de la detección precoz. “La ecografía abdominal es una técnica sencilla, no invasiva e inocua que ha demostrado su eficacia en el diagnóstico de aneurisma de aorta abdominal asintomático”, asegura el cirujano del HM Sanchinarro.


Si este proceso de control y diagnóstico previo no se lleva a cabo, puede producirse una dilatación que haga que el tamaño del aneurisma supere los 5,5 centímetros. Llegados a este punto, el tratamiento es siempre quirúrgico. “Una vez diagnosticado el aneurisma, cuando alcanza un diámetro superior de 5,5 centímetros, se debe instaurar el tratamiento quirúrgico con el fin de prevenir complicaciones potencialmente mortales. La mortalidad de la cirugía de aorta abdominal programada es entre el 3% y el 5%, mientras que si se hace de urgencia por ruptura del mismo puede ser superior al 60%. Es por ello de vital importancia realizar un diagnóstico precoz con ecografía abdominal”, concluye el doctor Felipe Sainz.