Recomendaciones de la Guía
- Hacer un cribado anual a pacientes sin diagnóstico previo de DM2 (siempre que no se esté en una situación de final de vida)
- Monitorizar de manera individualizada a cada apaciente, en función de su tratamiento y la situación basal previa (funcional y mental) que presente
- Evitar las complicaciones, no solo las vasculares sino también las más “típicas” del paciente institucionalizado (síndromes geriátricos)
- En cuanto al tratamiento, se establecen dos líneas:
- Por un lado el no farmacológico, basándonos en dieta apta para diabéticos pero evitando las que son excesivamente restrictivas y garantizando un aporte mínimo de proteínas (1-1.5 g por Kg de peso/día) y ejercicio físico multicomponente (resistencia-fuerza-equilibrio), siempre individualizado en función de cada paciente y sus capacidades, prestando más atención a ejercicios de alta intensidad y corto periodo de tiempo. Es importante que durante el ejercicio, se vigilen síntomas y signos de hipoglucemia por si fuera necesario suplementar a los pacientes.
- Por otro lado, el tratamiento farmacológico, bien sea en monoterapia (primera línea de tratamiento) o combinaciones de dos o tres fármacos, así como estrategias más complejas, exclusivamente con insulina.
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