La Asociación de Centros Geriátricos del Principado de Asturias (ASCEGE), con la colaboración de la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado de Asturias (SGGPA), profesionales del sector sanitario y 27 centros de mayores, han confeccionado una Guía para el manejo de la hipertensión en los centros de personas mayores, un documento servirá como un guión para todos los profesionales que tratan a pacientes mayores de 75/80 años institucionalizados.

Tal y como indican los autores de esta guía, la hipertensión arterial es una enfermedad cardiovascular de origen complejo que se diagnostica por un signo clínico: la elevación de la presión arterial. La prevalencia de la hipertensión arterial aumenta con la edad, sobre todo a partir de los 60 años. En España, la cifra se sitúa en torno al 70,8% (68,1% hombres y 72,2% mujeres) en esta franja de edad. La elevada prevalencia de hipertensión arterial en los ancianos institucionalizados (en torno al 62,1%) va asociada a una notable comorbilidad.

La hipertensión arterial en pacientes ancianos es una enfermedad muy frecuente, a la par que compleja, que presenta un mayor daño de órganos diana, aparición de nuevos eventos cardiovasculares, además de una mayor dificultad para lograr un correcto control terapéutico pero en los que no existen estudios de los que extrapolar resultados fiables.

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La prevalencia de hipertensión arterial aumenta con la edad, especialmente a partir de los 60 años

Para la elaboración de ésta guía se ha realizado una búsqueda bibliográfica exhaustiva, “llegando a la conclusión de que no solo se trata de un colectivo de pacientes fuera de estudios por edad, sino que también, el hecho de permanecer institucionalizados, les sacaban de toda posibilidad terapéutica interesante: edad mayor de 75/80 años e institucionalización suelen ser criterios de exclusión frecuentes”, destaca Ana Sanz, coordinadora médico de Hospital Gijón.

Para esta experta, por todo ello “asociando que el número de geriatras (médicos especialistas vía MIR) en España es limitado y mucho más en el ámbito residencial, consideramos adecuado disponer de unas guías que pudieran hacer de ‘guión’ para todos los profesionales que tratan a este perfil de pacientes. Así, lograríamos aunar criterios y dar una mejor y de mayor calidad asistencial a nuestros pacientes”.

Como ya se hizo en su momento con la ‘Guía para el manejo de la diabetes mellitus tipo 2, en centros de alojamiento para personas mayores, el grupo de trabajo estableció los criterios diagnósticos y terapéuticos según la situación funcional de los pacientes. De este modo, según indica la Dra. Sanz, “podremos ser más o menos exhaustivos en nuestra intervención y el manejo de las complicaciones que puedan aparecer, según calidad de vida, dejando a un lado la edad. No es lo mismo tener 90 años y ser independiente, que tener 80 y ser totalmente dependiente”.

Gracias al esfuerzo del grupo de trabajo, compuesto fundamentalmente por personal de medicina y enfermería, y de los centros asociados a ASCEGE, se harealizado una completa búsqueda bibliográfica que junto con la experiencia laboral diaria, ha permitido establecer unos protocolos.

Protocolos que son útiles en el día a día de los trabajadores que tenemos la suerte de trabajar con este perfil de pacientes; por el momento, en el ámbito de la diabetes mellitus tipo 2 y de la hipertensión, pero que sin duda iremos ampliando. En principio, la siguiente guía la dedicaremos a la infección urinaria, otra patología de elevada prevalencia en nuestros centros”, destaca la coordinador médico de Hospital Gijón.

En el caso concreto de la hipertensión, “hasta ahora seguíamos en nuestra práctica clínica diaria estudios como el SPRINT o guías de manejo avaladas por sociedades de prestigio como la española de cardiología o la europea de hipertensión, que sin embargo no eran específicas para el perfil de pacientes con el que nosotros trabajamos. Creo que estamos ante un contenido novedoso y útil que puede facilitar nuestra toma de decisión diaria”, concluye Ana Sanz.

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Pese a ello, y a su elevada prevalencia, casi el 40% de las personas que son hipertensas desconoce que lo son, circunstancia que se debe a que la patología no suele presentar síntomas. La Guía para el manejo de la Hipertensión en centros de alojamiento para personas mayores establece las siguientes recomendaciones:

Tratamiento no farmacológico

  • Promover la suspensión del hábito tabáquico.
  • Pérdida de peso en pacientes con sobrepeso hasta llegar a un IMC aproximado de 25 y una circunferencia de cintura menor de 102 en hombres y de 88 en mujeres.
  • Reducción del consumo de alcohol. No más de 30 gr/dia en varones y 20 gr/día en mujeres.
  • Evitar el consumo excesivo de café.
  • Dieta variada, sosa, evitando la retirada completa de sodio.
  • Aumento del consumo de potasio y calcio.
  • Ejercicio físico: caminar, bicicleta, ejercicios específicos, etc. Durante 30-60 minutos, al menos tres veces a la semana

Tratamiento farmacológico

  • Está indicado, siempre que se consiga alcanzar los objetivos con la modificación del estilo de vida. Es imprescindible valorar la comorbilidad asociada y los posibles efectos secundarios del tratamiento antihipertensivo.
  • Todos los agentes antihipertensivos pueden recomendarse y utilizarse en ancianos aunque los diuréticos y los antagonistas del calcio pueden ser preferibles en la hipertensión sistólica aislada.

El grupo de trabajo que ha elaborado esta guía está compuesto por Ana Sanz González, geriatra, coordinador médico de Hospital Gijón, miembro de la Sociedad Asturiana de Geriatría y Gerontología del Principado de Asturias (ASCEGE),: Ignacio Javier Vázquez de Prada González, médico de familia; Mª Luz Ardisana Sustacha, enfermera; Bárbara Martínez Suárez, supervisora de Enfermería; Belén Azcano Rozas, enfermera; José Gutiérrez Rodríguez, geriatra, miembro de la Sociedad Asturiana de Geriatría y Gerontología del Principado de Asturias, y Arsenio Alonso Collada, médico, presidente de ASCEGE.