El uso de lentes intraoculares propociona interesantes ventajas para el tratamiento del glaucoma, primera causa de ceguera irreversible en el mundo, tal y como revela una investigación del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV).

La extracción precoz del cristalino utilizando el láser de femtosegundo puede resultar beneficiosa en casos en los que la cámara anterior del ojo sea estrecha o incluso en glaucomas de ángulo cerrado, tal y como expuso el oftalmólogo ovetense Andrés Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, miembro de la quinta generación de la familia del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV) durante la defensa en la Universidad de Oviedo su tesis doctoral titulada Glaucoma: Neuroprotección basada en lentes intraoculares, que dirigida por el Dr. José F. Alfonso y el Prof. Jesús Merayo ha obtenido la máxima calificación.

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Las lentes intraoculares fáquicas podrían emplearse como una estrategia preventiva para la protección del cristalino y retina

Otra interesante conclusión de este trabajo es que las lentes intraoculares fáquicas, las cuales se implantan delante del cristalino sin la necesidad de su extracción, podrían emplearse como una estrategia preventiva para la protección del cristalino y la retina. Y es que se ha observado que el tipo de filtro que portan dichas lentes es eficaz en la protección frente a la radiación ultravioleta, uno de los principales responsables del opacificación del cristalino en el envejecimiento junto a la luz azul. De este modo se plantea, que mejorando el filtro de estas lentes intraoculares fáquicas se podrían utilizar como una estrategia para ralentizar el envejecimiento del cristalino y, aportar una barrera neuroprotectora extra a la retina.

Por otro lado, fruto de las investigaciones realizadas en el Instituto Universitario Fernández-Vega (IOFV) en los últimos años, junto con Amador Menendez, de la Fundación IDONIAL de Asturias, se presenta en esta tesis un nuevo tipo de filtro avanzado basado en la conversión espectral. Es decir, que no solo reduce la cantidad de luz potencialmente nociva para la retina, sino que en vez de bloquearla la transforma y la emite en luz extra beneficiosa.

La luz azul es un factor de riesgo añadido en diversas patologías retinianas. Por el contrario, la luz de determinadas longitudes de onda comprendidas entre el rojo y el infrarrojo cercano, tiene efectos beneficiosos, estimulando la supervivencia de las células de la retina. Los ensayos realizados en modelos in vitro con células de retina, muestran que este tipo de filtro presenta niveles superiores de neuroprotección, lo que podría contribuir positivamente a la protección de la retina, ofreciendo un avance en la búsqueda de tratamientos que eviten la pérdida de visión de los pacientes.