El Centro Tecnológico AINIA ha realizando un estudio, con la colaboración de la Fundación FISABIO y el Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent de la Comunidad Valenciana, y la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), con dos objetivos: eliminar la contaminación microbiológica que pudiera haberse quedado en las
filtrantes FFP2 y FFP3 durante su uso, y que el tratamiento de desinfección no perjudique su eficacia filtrante.

Y es que la situación de desabastecimiento de Equipos de Protección Individual (EPIs) como las mascarillas filtrantes FFP2 y FFP3 sufrida durante la crisis COVID-19 ha despertado el interés en la comunidad científica por evaluar posibles tratamientos de descontaminación que incrementen la seguridad de su reutilización.

En este sentido, tal y como señala Andrés Pascual, Jefe de Innovación de AINIA, “de entre las distintas tecnologías de descontaminación evaluadas por AINIA se ha optado por investigar el tratamiento térmico en auto-clave, a 120 grados centígrados durante 20 minutos”. Según este experto, mojar una mascarilla filtrante FFP2 y FFP3 puede alterar su capacidad de fijación electrostática de partículas, reduciendo significativamente su eficacia filtrante por lo que, de entrada, cabría descartar métodos de descontaminación que empleen agua o líquidos como soluciones alcohólicas, lejía o soluciones jabonosas”.

Otro motivo no menos importante para la selección del tratamiento térmico es “la disponibilidad de autoclaves en los centros hospitalarios, lo que permite aplicar el protocolo con equipos y procedimientos similares a los que ya empleamos para la esterilización de material sanitario, evitando así la adquisición de nuevos equipos, indican Ana Mesa y Rafaela Bono, supervisoras de Quirófano de los Hospitales de Ontinyent y Xàtiva respectivamente.

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En este sentido, la directora general del Ivace, Júlia Company, destaca que “esta investigación al igual que el resto de acciones desarrolladas por los centros tecnológicos durante la pandemia surge del conocimiento acumulado en los más de 400 proyectos desarrollados en los últimos años en colaboración con 1.800 empresas y que hemos financiado desde el IVACE”. “Una colaboración instituto tecnológico-empresa importante y necesaria que ayuda a que las investigaciones de estos centros respondan a las necesidades reales de nuestras empresas y que evidencian una vez más que la apostar por la I+D es una inversión y no un gasto”, señala Júlia Company.

Las mascarillas tratadas térmicamente mantienen su eficacia filtrante

Para comprobar la eficacia del método de descontaminación, AINIA ha desarrollado una metodología de contaminación de mascarillas con el microorganismo E. coli, empleado como modelo alternativo válido para estudiar tratamientos térmicos frente al SARS-Cov-2. Se ha podido determinar la eficacia de los tratamientos térmicos consiguiendo reducciones de al menos un 99,999% de E. coli. Durante el estudio, se han ensayado diferentes tipos de mascarillas FFP2, modelos y marcas, encontrando diferencias en la respuesta de algunos materiales. Por otro lado, la comprobación del efecto del tratamiento sobre las propiedades filtrantes de la mascarilla ha sido realizada por el IISTA-CEAMA, perteneciente a la Universidad de Granada. Los ensayos realizados mostraron que las mascarillas tratadas térmicamente mantenían su eficacia filtrante por encima del 95%, incluso, tras tres ciclos de descontaminación.

Para limitar riesgos se ha previsto la introducción de las mascarillas a descontaminar en bolsas de aluminio individuales. Luis Gil, investigador de AINIA que ha participado activamente en el estudio explica que “las bolsas de aluminio impiden el paso del vapor de agua evitando condensaciones que pudieran mojar la mascarilla y reducir su carga electrostática, y por tanto, perder eficacia filtrante. Además, el uso de una bolsa individual permite garantizar el uso unipersonal aportando mayor confianza al usuario”.

El nuevo protocolo desarrollado en las instalaciones de AINIA en Paterna (València) ha sido ensayado por los centros hospitalarios del Dpto. de Salud Xátiva-Ontinyent de Valencia, que colaboran en el estudio por mediación de FISABIO. “Este proyecto es una muestra más de la importancia que tiene para nuestro departamento de salud contar con el apoyo de la Fundación FISABIO. Ello unido al plantel de profesionales sanitarios y no sanitarios con grandes inquietudes en investigación de que disponemos, nos ha llevado a tener activos actualmente nueve proyectos sobre la COVID19. Este, con AINIA, es fundamental tanto dentro de la línea de sostenibilidad que estamos trabajando como especialmente por la protección que nos brinda la reutilización de las mascarillas para su uso por parte de los profesionales sanitarios que trabajan con pacientes afectados de COVID19”, resalta Margarita Llaudes, gerente del DS de Xàtiva-Ontinyent.

Los resultados del estudio han puesto a disposición de la Consellería de Salud de la Comunidad Valenciana y el resto del sector sanitario, reiterando la disponibilidad de AINIA para seguir profundizando en la investigación con otros modelos de mascarillas, nuevos equipos de tratamiento térmico o la adaptación del protocolo para otros colectivos de consumidores de este tipo de mascarillas.