Las últimas novedades y la evidencia científica más reciente sobre la enfermedad por SARS-CoV-2 en relación al seguimiento de pacientes COVID-19 y secuelas a medio-largo plazo, terapia antiinflamatoria, riesgo cardiovascular y perfil tipo del paciente COVID-19 fueron las cuestiones protagonistas de la mesa de debate COVID-19: de infección respiratoria a enfermedad sistémica”, celebrada en el marco del I Congreso Nacional COVID-19, que contó con cuatro ponencias a cargo de médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

En este encuentro se dieron a conocer los principales resultados preliminares del Registro clínico SEMI-COVID-19, el mayor de España y de los más extensos del mundo, una iniciativa colaborativa impulsada por SEMI desde el inicio de la pandemia y que cuenta actualmente ya con datos clínicos de más de 17.000 pacientes hospitalizados con infección confirmada por SARS-CoV-2 y participación de más de 600 internistas de 150 hospitales españoles.

El Dr. José Manuel Casas, internista y coordinador del Registro Clínico SEMI-COVID-19, fue el encargado de exponer los datos publicados de los 15.000 primeros pacientes del registro en un artículo científico en Revista Clínica Española. El perfil tipo de estos pacientes es el de una “persona mayor, predominantemente varón y con comorbilidades importantes, muy frecuentemente hipertensos, obesos y dislipémicos”. Además, según explicó el Dr. Casas, “también es frecuente la comorbilidad cardiovascular: insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y cardiopatía isquémica”. Además, la clínica respiratoria es la más habitual en el momento del ingreso. Casi un tercio necesitaban oxígeno ya desde su llegada a Urgencias y casi todos ingresaron con neumonías ─más del 80%─, muchas de ellas graves.

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Casi un tercio de los pacientes COVID-19 necesitaban oxígeno ya desde su llegada a Urgencias y casi todos ingresaron con neumonías


El registro también ha puesto de manifiesto que los pacientes que requerían ingreso eran muy graves. Así lo atestigua la mortalidad del 21%, que es parecida a la de otras series (China, Nueva York), inferior a otras del Reino Unido y superior a alguna italiana. Aparte de las diferencias étnicas y de otro tipo en las distintas comunidades, es probable que la gravedad de los pacientes ingresados no haya sido la misma en diferentes lugares”, comentó el Dr. Casas, quien destacó también que “vamos a recoger también los datos de los pacientes de la segunda oleada. Será muy interesante comprobar si el tipo de paciente hospitalizado ha cambiado (como así parece) y si también lo ha hecho el riesgo de complicaciones y la mortalidad”.

La mitad de los pacientes presenta síntomas persistentes o alteraciones en las pruebas radiológica

Por su parte, la Dra. Carmen Díaz Pedroche, internista miembro de SEMI, abordó en su ponencia los síntomas persistentes y posibles secuelas en COVID-19. Esta experta expuso los resultados de una acción combinada de revisión de enfermos graves y valoración telemática de sintomatología a los tres meses del diagnóstico que se ha desarrollado en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

Dicha acción puso de manifiesto que “el 50% de pacientes presenta síntomas persistentes y/o alteraciones en las pruebas radiológicas a los tres meses”. También muestra que la sintomatología grave a los tres meses no se correlaciona con el episodio de gravedad inicial. Asimismo, un 39% de las derivaciones por sintomatología persistente son de pacientes que no estuvieron ingresados. Según este estudio, el 80% de pacientes con disnea persistente con difusión alterada y/o alteración en la radiografía, presenta también alteraciones menores en la Tomografía Computarizada de Alta Resolución (TACAR).

El control de la inflamación tiene un papel muy importante

Por su parte, la Dra. Patricia Fanlo, coordinadora del Grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (GEAS) de SEMI, desarrolló una ponencia en la que trató la evidencia clínica y oportunidades de la  terapia antiinflamatoria en tratamiento de la COVID-19.

La Dra. Fanlo señaló que, “con la evolución de la pandemia y en base a la evidencia científica, el control de la inflamación tiene un papel muy importante”, y advirtió de la conveniencia de “utilizar la medicina de precisión para el bloqueo de moléculas que intervienen en la denominada tormenta de citoquinas”.

La experta también recalcó que es necesario “obtener los resultados de los ensayos que se están poniendo en marcha en nuestro país (ANACOVIDGEAS y BREATH) para demostrar la eficacia y seguridad de los tratamientos biológicos”.

Por último, el Dr. Jorge Francisco Gómez Cerezo, internista y miembro de SEMI, centró su ponencia en el riesgo cardiovascular asociado a la COVID-19, concretamente la Diabetes, HTA, Obesidad y Dislipemia, indicando que “la infección por COVID-19 se asocia a la presencia de factores de tipo cardiovascular, como la hipertensión arterial y la obesidad”. Asimismo, ha recordado que “la presencia de alguno de estos factores como hipertensión, obesidad, o eventos cardiovasculares previos, se asocian también a un peor pronóstico y evolución en la infección por SARS-CoV-2”. Según los datos del Registro SEMI-COVID-19, casi el 51% (50,9%) de los pacientes COVID-19 presenta hipertensión.

Por último, el Dr. Gómez Cerezo ha indicado que el uso de medicamentos hipotensores o antidiabéticos es seguro en contexto COVID-19 y que es posible que la utilización de algunos de ellos (a falta de una mayor evidencia) muestre un posible efecto beneficioso en los pacientes con infección por SARS-CoV-2”.