La Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) han suscrito un manifiesto conjunto en el que se aboga por un nuevo modelo de Cuidados de Larga Duración.

En el mismo, desde ambas Sociedades se recalca la necesidad de potenciar de un modelo de Cuidados de Larga Duración dinámico y progresivo con amplia base domiciliaria y comunitaria, con metodología de atención centrada en la persona, con integración de servicios sanitarios y sociales, y con apoyo a los casos complejos desde servicios de Geriatría hospitalarios o comunitarios.

Y para hacerlo posible, RANME y SEGG advierten que es necesario incrementar progresivamente el presupuesto dedicado a este grupo de población hasta alcanzarlas cifras que manejan los países más desarrollados. El Manifiesto es el siguiente:

  • La sociedad española es una de las más envejecidas del mundo y esto representa un elemento positivo, así como un éxito de nuestro sistema sanitario y de nuestra manera de vivir.
  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala como principales impulsores de un envejecimiento saludable tres principios cada vez más presentes en nuestra sociedad: mantenernos activos físicamente, realizar una dieta adecuada y tener un alto grado de actividad mental y de relaciones sociales.
  • También la OMS destaca, en los últimos años, dos grandes amenazas para la calidad de vida de las personas mayores: la soledad no deseada y la pobreza.
  • La gran mayoría de las personas mayores de nuestra sociedad son personas activas, física, intelectual y socialmente y nos continúan ofreciendo ayuda, experiencia, conocimiento y valores.
  • Un subgrupo de personas mayores, cuya cuantía aumenta con la edad, presentan diversas enfermedades crónicas, en algunos casos múltiples y complejas, que pueden generar situaciones de dependencia y requerir ayudas externas para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria.
  • En ese contexto los servicios especializados de geriatría y los llamados servicios sociales desempeñan un papel importante que, idealmente, debe ofrecerse de una manera integrada.
  • La dependencia es un fenómeno dinámico, brusco o progresivo, y requiere la adaptación de las personas a los déficits que van surgiendo para mantener siempre el máximo grado de autonomía. Conocemos sus principales factores de riesgo médicos y sociales, por lo que su prevención se debe afrontar de forma activa. -El conjunto de servicios que se despliegan para atender a las personas con dependencia (ayuda a domicilio, centros de día, viviendas con servicios, residencias de mayores, etc.) es lo que se denomina “Cuidados de Larga Duración (CLD)” (LongTerm Care).
  • Los Cuidados de Larga Duración, a pesar de lo que algunos creen, no son sólo residencias de mayores. De hecho, la gran mayoría preferiríamos seguir viviendo en nuestros domicilios cuando seamos mayores y aparezca la dependencia. Ya hay países de nuestro entorno en donde se potencia la atención domiciliaria como alternativa a la institucionalización permanente.
Cuidados de Larga Duración
RANME y SEGG abogan por un nuevo modelo de Cuidados de Larga Duración dinámico, progresivo y centrada en la persona

Por todo lo anterior proponemos un modelo de Cuidados de Larga Duración (CLD) basado en los siguientes principios:

  • La base de actuación de un modelo de CLD siempre debe ser el domicilio de la persona y la comunidad o barrio donde vive.
  • El modelo de CLD debe ser progresivo y dinámico, empezando por la promoción de la autonomía y escalando progresivamente servicios de más intensidad que incluyan la detección del riesgo, los servicios domiciliarios, los centros de día y de noche, las viviendas con servicios de soporte y, por último y cuando no quedemás remedio, las residencias de mayores.
  • Es necesario retardar la aparición de dependencia, combatiendo sus factores de riesgo, e identificando a las personas más frágiles, física, económica y emocionalmente para dedicar a este colectivo una atención preferente e instaurando programas para combatirla.
  • Se debe integrar la atención a las personas más complejas incluyendo tanto los servicios sanitarios como los servicios sociales. Para ello:

· Se deben potenciar de forma decidida los servicios de atención domiciliarios, reforzando, tanto los equipos sanitarios como los de atención a la dependencia.

· La atención sanitaria que se dispensa desde los equipos de atención primaria se debe reforzar para las personas más complejas facilitando la accesibilidad rápida a especialistas en geriatría tanto en régimen ambulatorio como si se necesita ingreso hospitalario.

  • Es necesario introducir estímulos en el modelo para incorporar nuevas tecnologías que nos permitan la telemonitorización y la vigilancia de las personas más vulnerables. Y también un acceso rápido y seguro a los servicios sanitarios.
  • Entre el domicilio y la residencia se debe establecer un amplio abanico de servicios para atender a formas de dependencia progresivas que incluyen los centros de día y de noche, viviendas protegidas con servicios y otras formas de viviendas adaptadas. Estos servicios se deben integrar en el urbanismo y las dinámicas de las ciudades y los barrios, con plena integración de las personas con dependencia en la comunidad.
  • Las residencias de mayores deben ser el último eslabón de la cadena y sólo recurrir a ellas en el caso de que no haya otras alternativas. Las residencias deben construirse siguiendo las normas Post-Covid19, en unidades de convivencia pequeñas y abiertas a la comunidad, para facilitar la implantación del modelo de cuidados centrado en la persona.