Si casi todas las personas sufren alguna vez dolores musculares, que en el caso de la tercera edad estos pueden ser más limitantes aún. La cuestión es saber de dónde proceden, cómo combatirlos, por ejemplo con un gel antiinflamatorio, y cuándo es preciso acudir a un especialista. 

¿Qué es el dolor muscular?

La sensación de rigidez y dolor muscular en la que los músculos se hinchan, duelen y están débiles es común a muchas personas de edad avanzada que se preguntan cómo aliviarlo. El dolor crónico o de larga duración se suele intensificar según aumenta la edad. Puede estar asociado a enfermedades crónicas con mayor prevalencia entre las personas mayores. Enfermedades como por ejemplo la artrosis. También puede estar asociado a alteraciones del sueño, a una pérdida parcial o total de la movilidad o a problemas psicológicos. 

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Los cambios en el organismo derivados del envejecimiento favorecen el dolor muscular crónico

Según la causa, se distinguen diferentes tipos de dolor crónico:

  • Nociceptivo
    Afecta a la piel, al sistema musculoesquelético o al tejido conectivo. Son afecciones como la artritis. Hablamos de dolor visceral si aparece en procesos inflamatorios, hemorragias o espasmos musculares.
  • Neuropático
  • Cuando se dañan los nervios. Es agudo y puede deberse a diferentes causas (neuropatía diabética, accidente cerebrovascular, estenosis espinal, etc.).
  • Mixto
    Tiene componentes de dolor nociceptivo y neuropático.
  • Psicológico

Los cambios en el organismo derivados del envejecimiento favorecen el dolor muscular crónico. Los dolores musculares pueden ser el resultado de cambios musculoesqueléticos. Se da una disminución y atrofia de la masa muscular, un aumento de la osteoporosis y osteopenia, sobre todo en las mujeres. Todo deriva en una mayor dificultad para realizar técnicas espinales. La osteoartritis y artritis reumatoide son dos ejemplos de alteraciones articulares asociadas al envejecimiento. Son especialmente discapacitantes por el dolor y las limitaciones que llevan asociadas. También es más común la presencia de espondiloartrosis, produciendo gran dolor y discapacidad en los ancianos.

Articulaciones y musculatura

En las personas mayores, el dolor articular puede resultar muy limitante, y puede derivar en caídas u otro tipo de dolencias. Se puede atender a una serie de consejos para prevenir los dolores articulares. Resumimos a continuación algunos de los principales: 

  • Incorporarse con cuidado para que el peso no recaiga de forma brusca sobre las articulaciones.
  • Mover las articulaciones con frecuencia para favorecer la circulación y mantener activos los músculos fortalecedores de las extremidades.
  • Hacer estiramientos de las extremidades tras pasar largos períodos sentados.
  • Usar calzado adecuado para que la pisada se amortigüe correctamente y se asegure la estabilidad en los desplazamientos.
  • No llevar mucho peso encima para evitar sobrecargar las extremidades y el consecuente desgaste.

Algunos remedios para los dolores musculares pasan por dar masajes con lociones estimulantes o ingerir alimentos que ayudan a calmar el dolor muscular como las verduras de hoja oscura, el salmón o el jengibre. Hay que evitar las grasas trans de los alimentos procesados, los aceites vegetales omega-6 y las grasas saturadas.

Será clave la fisioterapia en materia de prevención y rehabilitación. El fisioterapeuta tratará toda la patología del movimiento. No sólo los problemas del aparato musculoesquelético, sino también de fluidos, de la sangre, del aire o de las señales eléctricas.