Un artículo de Eduardo Jáuregui, fundador y CEO de Irisbond

Socialmente existe una tendencia a creer que las nuevas tecnologías se desarrollan y son para gente joven, pero nada más lejos de la realidad, ya que la tecnología se hace cada vez más imprescindible entre las personas de avanzada edad. Y es que, gracias a los extraordinarios avances tecnológicos que se han desarrollado en los últimos años en sectores como el big data, el Internet de las cosas (IoT) e Inteligencia Artificial (IA), se puede ayudar a las personas y, especialmente, a las personas mayores, facilitándoles la comunicación con el entorno, ayudándoles en su bienestar e incrementando su empoderamiento y auto-gestión.

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Las posibilidades que ofrece la tecnología para apoyar, no sólo a los pacientes sino también al personal sanitario, son infinitas

Según los cálculos del observatorio estadístico, en medio siglo vivirán en España alrededor de 14,3 millones de personas en edad de jubilación, casi un tercio del censo total. Coincide con las cifras del INE, que calcula que, en un tiempo no tan lejano, como es el 2033, habrá un 25,2 % de la población con más de 65 años. Estas cifras constatan la importancia que ya tiene y que adquirirá el cuidado a los mayores en los próximos años. Existe una necesidad real de buscar soluciones a los problemas que surgirán con el envejecimiento temprano poblacional en un futuro, y es importante poner las nuevas tecnologías al servicio de las personas mayores.

La ciencia siempre ha estado del lado de la salud y el bienestar. Los beneficios de la telemedicina son aplicables a toda la población, pero son especialmente importantes para las personas mayores. La tecnología es ya una herramienta imprescindible en la detección, diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades. Por ejemplo, en los últimos años, ya se ha podido comprobar que las nuevas tecnologías aplicadas a la salud han reducido las estancias en centros sanitarios y hospitales notablemente.

Y veremos cada vez más que se aplicarán para conseguir una telemedicina de calidad que brinde apoyo y servicio a los mayores en situación de dependencia, que descongestione los centros de salud, facilite la asistencia en lugares con menos población y haga más cómoda la relación paciente-médico en casos con dificultades de movilidad o enfermedad crónica.

La tecnología aplicada a la salud abarca tareas vinculadas con la gestión de la información como el seguimiento de tratamientos, registro de historiales médicos o control farmacológico. También en las ayudas en cirugías como implantes ortopédicos o dispositivos cardiovasculares o cualquier intervención no invasiva, o en la eficacia de las pruebas diagnósticas.

Es importante la especial relevancia que ha ganado en los últimos años el uso de la tecnología para el diagnóstico eficaz de enfermedades neurológicas, degenerativas o de la visión; así como el tratamiento de muchas afecciones de las personas mayores.

Según un reciente estudio realizado en Osaka en 2019, se ha descubierto que el uso de tecnología de seguimiento ocular puede adelantar incluso en 10 años el diagnóstico de enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o la demencia, mejorando considerablemente la recuperación y el tratamiento, así como un cambio en la calidad de vida del paciente (1).

Concretamente en el caso del Alzheimer, que se sabe que los cambios en el cerebro empiezan entre 10 y 20 años antes de los síntomas, el diagnóstico no llega sino hasta uno o dos años después de que haya sintomatología evidente y cuando la enfermedad ha superado la fase inicial y se encuentra en una fase moderada con implicaciones en su vida diaria. España es uno de los países con mayor proporción de personas que sufren esta enfermedad. Y la expectativa como en el Parkinson, es de que se duplique en las próximas dos décadas. Por ello, esta aplicación cobra especial importancia teniendo en cuenta el envejecimiento progresivo de la sociedad actual, lo que supone un desafío para la medicina a nivel mundial.

Además, el eyetracking ofrece un enorme potencial para la neurología. Con esta tecnología se pueden obtener datos neurofisiológicos vitales de la población de edad avanzada de forma diaria, para así facilitar el diagnóstico, el pronóstico y el seguimiento. Lo mismo pasa con enfermedades como la dislexia, donde la tecnología brinda apoyo para la evaluación del deterioro cognitivo.

Hoy por hoy no podemos separar la tecnología de la sanidad y en el futuro estará cada vez más ligada, porque el avance es exponencial y las posibilidades que ofrece la tecnología para apoyar, no sólo a los pacientes sino también al personal sanitario, son infinitas.

Por otro lado, con el paso de los años, nuestro sistema inmunitario se debilita, por lo que corremos más peligro de enfermar. Es por ello por lo que se hace aún más necesario cuidar a las personas mayores también a nivel emocional y motivarles a realizar actividades que les distraigan y les diviertan.

La tecnología, como siempre, ayuda en este aspecto. Existen una gran variedad de aplicaciones que permiten mejorar las capacidades cognitivas, tanto para mantener un buen estado de salud mental, como para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren algún tipo de enfermedad neurodegenerativa. Por ejemplo, a través de videojuegos especializados se puede fomentar el uso de determinadas zonas del cerebro para mejorar su rendimiento y evitar su degeneración. También existen infinidad de aplicaciones con las que poder desarrollar las capacidades de cálculo mental, lenguaje y lógica. De esta manera, pueden diseñar rutinas de entrenamiento mental y ejercitar la actividad cerebral de forma continua.

Por último, otra tendencia tecnológica con mucho potencial de crecimiento durante los próximos años es la domótica para personas mayores. En 2019 se llevó a cabo el proyecto DomoMayor (2), instalaron sistemas domóticos en tres viviendas en las que viven personas mayores en soledad.  El proyecto arrojó grandes beneficios durante este tiempo tanto a los mayores como a sus familiares. Por ejemplo, podían encender de luces por control de presencia, ayudando a los mayores a tener siempre iluminadas las estancias en las que vayan a permanecer, a la vez que reducen el consumo energético por evitar dejarse las luces encendidas por olvido.

Con un hogar domotizado, además que los familiares ganan tranquilidad, ya que tienen opciones de control sobre el hogar de sus mayores. Ya se han desarrollado pruebas en la que la domótica permitirá instalar detectores de humo o movimiento, sensores que controlen el caudal de agua en grifos (que podrán cerrarse a distancia si es preciso) o dispositivos que permitan cerrar el gas, apagar o encender luces, o gestionar la climatización. También existirá la posibilidad de controlar el acceso al hogar, evitando de este modo que intrusos puedan acceder a la vivienda del mayor.

Vemos cómo la tecnología permite infinitas aplicaciones en la salud y bienestar de alto impacto en la vida de las personas mayores y en las capacidades de los familiares y el personal médico que los asisten. Sin embargo, es fundamental que los investigadores tengan acceso a estas tecnologías para poder investigar y desarrollar todo su potencial aplicado a la salud y bienestar.

Las compañías tecnológicas debemos remar todas en la misma dirección, y debemos poner al servicio de personal especializado, sanitario e instituciones nuestro desarrollo tecnológico y dispositivos de forma gratuita para permitir avances sustanciales.

  1. Oyama, A., Takeda, S., Ito, Y. et al. Novel Method for Rapid Assessment of Cognitive Impairment Using High-Performance Eye-Tracking Technology. Sci Rep 9, 12932 (2019). https://doi.org/10.1038/s41598-019-49275-x
  2. https://www.fundacionaliciayguillermo.com/domomayor