Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) se ha realizado un llamamiento a la «prudencia» sobre la tercera dosis de vacunas de Covid, y pide esperar a que las resoluciones de la FDA y EMA garanticen su seguridad y eficacia.

Tal y como afirma José Gutiérrez, portavoz de la SEGG, en los últimos meses se ha constatado que las vacunas frente al SARS-CoV-2 han demostrado ser seguras y eficaces para prevenir la Covid-19 y para disminuir sus complicaciones y su letalidad. En los estudios realizados se ha objetivado que estas vacunas generan inmunidad humoral y celular en las personas que las reciben. Pero no son concluyentes sobre la persistencia de la misma y arrojan ciertas dudas sobre una disminución progresiva de la inmunidad con el paso del tiempo. Esta posible pérdida de protección ha llevado a diferentes organismos a proponer la administración de una tercera dosis.

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La SEGG pide esperar a que las resoluciones de la FDA y EMA garanticen la seguridad y eficacia de la tercera dosis de a vacuna contra la Covid-19

Sin embargo, en el momento actual, no se dispone de ensayos clínicos que avalen la eficacia y seguridad de la tercera dosis. En este sentido, la SEGG ve necesario completar los ensayos clínicos en marcha para valorar la eficacia y seguridad de una tercera dosis. Así mismo, es necesario conocer las ventajas e inconvenientes de las pautas heterólogas, es decir, las consecuencias sobre la salud de pautar una tercera dosis con vacunas diferentes a las administradas previamente.

Así mismo, es preciso aclarar otras cuestiones, como cuánto tiempo debe discurrir entre la pauta de vacunación completa y la administración de la tercera dosis o si esta tercera dosis confiere protección frente a las nuevas mutaciones del virus.

Por todo lo anterior, la SEGG estima necesario que las Agencias Americana y Europea de Medicamentos (FDA y EMA) analicen los ensayos clínicos sobre la tercera dosis que se les irán presentando con el objetivo de que constaten de forma fehaciente la seguridad y eficacia de las mismas y aprueben su administración. Y en ese momento deberán establecerse prioridades entre los diferentes grupos poblacionales de riesgo.

En principio, existen dos grupos de personas más vulnerables que presentan características especiales. Por un lado, estarían los pacientes inmunodeprimidos que podrían tener menor respuesta humoral y celular a las vacunas y en los que la inmunidad podría ir diluyéndose en el tiempo de forma más rápida. Por otro, las personas mayores que, debido al envejecimiento inmune o inmunosenescencia, podrían verse afectados de manera similar a los anteriores. De confirmarse estas premisas, serían los grupos poblacionales que deberían tener prioridad en la administración de la tercera dosis.

Por todo ello, desde la SEGG se realiza hacer un llamamiento a la prudencia y se deja constancia de la necesidad de esperar a que las resoluciones de la FDA y EMA garanticen la seguridad y eficacia de la tercera dosis estos productos sanitarios.