Mejorar el estado emocional y no sentirse excluidos son solo algunos de los beneficios de implicar a los mayores en actividades sostenibles que generen un impacto positivo en su entorno. La sostenibilidad es uno de los grandes retos de la Agenda 2030, y requiere a la implicación de todos los agentes sociales.

El 25 de septiembre de 2015, 193 países del mundo, entre ellos España, se comprometieron a trabajar en torno a un objetivo común: hacer del mundo un lugar más justo e inclusivo con la llamada Agenda 2030. La igualdad, la erradicación de la pobreza y el hambre, el progreso económico, la sostenibilidad o el consumo responsable son algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por Naciones Unidas para su cumplimiento al término de dicho año. Es importante implicar a todos los agentes en este cambio con actividades sostenibles.

Geriatricarea huertos urbanos
Los huertos urbanos son una excelente oportunidad para que los mayores estén en contacto con la naturaleza, compartan el cuidado de lo plantado y recuerden sus orígenes

En el camino hacia la consecución de estos objetivos es esencial la participación de todos los agentes sociales. En este sentido, la conciencia social sobre la necesidad de cambiar hábitos para contribuir a un mundo más próspero se ha hecho patente en la predisposición de los ciudadanos hacia el reciclaje, el ahorro energético o la apuesta por alternativas sostenibles de transporte, así como por parte de las empresas, poniendo en marcha iniciativas que fomentan el impacto positivo en el entorno.

Ejemplo de ello es Healthy Cities, un proyecto impulsado por Sanitas cuyo objetivo es ayudar a transformar las ciudades en lugares más saludables, inclusivos y sostenibles, que contribuyan a la mejora de la salud.

Educar en estos valores será clave para el futuro de la sociedad y, si bien los más jóvenes son los que mayor conocimiento tienen sobre las consecuencias de sus decisiones, las personas mayores se encuentran un poco más alejadas de esta realidad.

Los mayores son una parte fundamental de nuestra sociedad y han sido de los más castigados por la pandemia a nivel psicológico. La crisis sanitaria los ha sumido en la soledad y el aislamiento por lo que, implicarlos en actividades con las que contribuyan a generar un impacto positivo en su entorno les ayuda a mejorar su estado emocional y a no sentirse excluidos”, destaca David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores.

Actividades sostenibles

Para hacer que este colectivo conozca y entienda la importancia de la sostenibilidad existen numerosas actividades con las que, además de ayudar al planeta, se sentirán agentes del cambio. Algunos ejemplo son:

  • Elaboración de productos caseros
    La industria alimentaria ha atendido la creciente demanda de productos precocinados y de consumo rápido, contribuyendo así a un aumento de los plásticos de un solo uso y químicos. Optar por hacer mermeladas, conservas, salsas o jabones de una manera más natural y artesanal es una buena opción para disminuir la generación de residuos y la contaminación derivada de su fabricación.

  • Taller de reciclaje
    Saber qué meter en cada contenedor es todavía una asignatura pendiente para la mayoría de los ciudadanos. Por ello, los talleres de reciclaje se convierten en una excelente opción para que abuelos y nietos o padres e hijos compartan una jornada educativa y útil para contribuir a un buen reciclaje de desperdicios. Además, para los mayores supone un ejercicio de estimulación de la memoria.

  • Dar nueva vida a la ropa
    La industria textil es una de las más contaminantes del mundo. Por ello, para disminuir el consumo de agua y otras materias primas, es cada vez más frecuente dar una segunda vida a las prendas que ya no usamos, modificándolas o customizándolas con diferentes accesorios. Este tipo de actividades permiten a los mayores fomentar su creatividad y desarrollar sus habilidades psicomotrices a través de las manualidades.

  • El huerto urbano
    La ecología, los productos naturales y la agricultura urbana están de moda. La conciencia ecológica ha llevado a muchas personas a crear sus propios huertos urbanos en la terraza de su casa o en el jardín para obtener verduras y frutas frescas. Esta actividad es una excelente oportunidad para que los mayores estén en contacto con la naturaleza, compartan el cuidado de lo plantado y vuelvan a recordar sus orígenes.