La vuelta a la socialización, el aprendizaje, el mantenimiento de las capacidades y la permanencia en el hogar son algunos de los beneficios que la persona mayor con dificultades cognitivas recibe en el Centro de Día, lo que supone un supone un apoyo importante para sus familiares.

En la actualidad más de un millón de familias en España están afectadas por enfermedades neurodegenerativas, padeciendo Alzheimer el 10% de las personas mayores de 65 años y el 50% de las personas mayores de 85 años, según datos de la Alianza Española de Enfermedades Neurodegenerativas.

Además, España siendo uno de los países de Europa con una mayor esperanza de vida situándose en 83,58 años (Eurostat), lo que debe motivar a un ejercicio de reflexión dado que, tal y como explica Ana María Camacho Rodríguez, coordinadora de Neuropsicología de los centros de día STIMA, “lo que ocasiona esa elevada esperanza de vida en nuestro país es un incremento del número de estas patologías neurodegenerativas, que constituirán el grupo de enfermedades más prevalentes en nuestro país siendo necesario para las personas afectadas disponer de la atención sanitaria adecuada que permita prevenir su agravamiento”.

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El Centro de Día facilita la socialización, el aprendizaje, el mantenimiento de las capacidades y la permanencia en el hogar de las personas mayores con enfermedad neurodegenerativa

Igualmente, la experta señala la necesidad de dar a conocer todos los apoyos existentes al alcance del afectado con el fin de mejorar su calidad de vida, entre los que se encuentra el acudir a un centro de día que facilite la permanencia e integración de los adultos mayores en su entorno, mejorando y aportando grandes beneficios también a familiares y cuidadores de la persona mayor implicada.

Deterioro cognitivo vs demencia

Como señala la neuropsicóloga “el deterioro cognitivo y su progresión a algunas de las enfermedades neurodegenerativas constituye uno de los mayores problemas de nuestra sociedad. Su prevalencia está aumentando rápidamente, hasta el punto de convertirse en la actualidad en uno de los problemas sociales, sanitarios y económicos de máxima prioridad”. La coordinadora de Neuropsicología de STIMA resalta que el deterioro cognitivo leve (DCL) está frecuentemente asociado a la edad, ya que aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años, y hasta el 50% de los pacientes con deterioro cognitivo leve desarrollará un tipo de demencia.

Criterios diagnósticos para el deterioro cognitivo son los siguientes:

  •      Deterioro objetivo de la memoria
  •      Función cognitiva general conservada
  •      No afecta a la realización de las actividades de la vida diaria
  •      No se cumple ninguno de los criterios de demencia

Criterios diagnósticos para la demencia son los siguientes:

  •      La memoria reciente se deteriora
  •      Difícil el aprendizaje y la retención de nueva información
  •      Aparecen problemas de lenguaje (en especial dificultades para encontrar las palabras)
  •      Oscilaciones del estado de ánimo y cambios de la personalidad
  •      Dificultad progresiva con las actividades independientes de la vida cotidiana
  • El pensamiento abstracto, la introspección o el juicio pueden estar deteriorados
  •      Pérdida de independencia
  •      Irritabilidad, hostilidad y agitación

El Centro de Día, un lugar de encuentro de personas de edades similares

Uno de los principales beneficios que conlleva la asistencia del adulto mayor a los Centros de día es la vuelta a la socialización. Con el paso del tiempo las personas mayores tienden a quedarse en casa y pueden llegar a no ver a nadie durante días. “De esta situación se pueden derivar otras complicaciones asociadas al deterioro cognitivo como son la apatía y la sintomatología depresiva”, comenta Ana María Camacho Rodríguez. 

La asistencia al Centro de Día ofrece un lugar de encuentro con personas de edades similares, que compartirán no sólo experiencias vividas, sino también valores e incluso ideas de futuro. Asimismo, constituye una actividad que rompe con la rutina establecida de la persona mayor ya que el hecho de acudir presencialmente al Centro le deja sin excusas para quedarse en casa”, añade.

Además, el aprendizaje y el mantenimiento de las capacidades son otros de los objetivos principales, por lo que, los Centros de Día se convierten en el lugar más recomendable para las personas mayores que presenten alguna enfermedad neurodegenerativa.

Uno de los mayores beneficios, es la posibilidad por parte de la persona a volver a su casa tras finalizar su estancia en el Centro. Es decir, vuelve a su propio hogar, con sus cosas y sus costumbres, lo cual retrasa la decisión familiar de institucionalizar a la persona en una residencia.

No obstante, los beneficios del Centro de Día no sólo se observan en los adultos mayores que asisten a ellos sino también en los familiares y/o cuidadores principales. “Para los familiares supone un alivio y apoyo a los cuidados que ofrecen a su familiar, proporcionando la ayuda necesaria para llevar de una manera más sencilla todo el esfuerzo que conlleva atender a una persona mayor con dificultades cognitivas. Las horas de estancia en el centro constituyen un espacio de aire, de descanso tan necesario para volver a reunir las energías necesarias”, concluye la experta.