Los modelos urbanos sostenibles pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas, reducir la exclusión social y mitigar la soledad no deseada, especialmente en el caso de las personas mayores, tal y como se expuso en la vigésimo primera sesión del Foro de Debate Ciudades que Cuidan impulsado por Fundación Mémora.

Los expertos que participaron en esta edición del Foro, titulada ‘Ecología y medio ambiente en la ciudad que cuida’, también coincidieron en la necesidad de fomentar las soluciones basadas en la ecología y el respeto por el medio ambiente en el diseño de las ciudades del futuro, para hacerlas más habitables y atraer talento y valor añadido para la economía.

El webinar, presentado y moderado por Joan Berenguer, director de la Fundación Mémora, contó con la participación de Salvador Rueda, presidente de la Fundación Ecología Urbana y Territorial, y creador del Urbanismo Ecosistémico; Cecilia Gañán, experta externa de la Dirección de Política Regional de la Comisión Europea, y Gabi Martínez, escritor, guionista y periodista, codirector del proyecto Animales Invisibles.

El urbanismo sostenible mejorar la calidad de vida de las personas, reduce la exclusión social y mitiga la soledad no deseada, especialmente en el caso de las personas mayores

El urbanismo debe favorecer la atención a colectivos vulnerables

Salvador Rueda apostó por «renaturalizar» las ciudades para adaptarlas al cambio climático y defendió que hay que optar por modelos urbanos que no generen exclusión social, señalando que «todo el mundo tiene que tener cabida en nuestras ciudades«. Con esta premisa, explicó que el urbanismo debe favorecer la atención a colectivos vulnerables como las personas mayores y prevenir la soledad no deseada de este colectivo. «Una ciudad cuidadora tiene los elementos para cuidar a las personas que son más vulnerables».

En este sentido, el presidente de la Fundación Ecología Urbana y Territorial recalcó que se debe «considerar la casa como el lugar para vivir los últimos años de la vida», en contraste con las residencias para personas mayores que, en su opinión, suponen apartar socialmente a este colectivo. Por ello, propuso un modelo urbano que implique descentralizar los servicios sociales, para permitir que «estén cerca de los lugares de vida de las personas ancianas», e incorporar sistemas de atención telemáticos, así como sumar otros servicios «que les permitan salir a la calle» y estar en contacto con su entorno.

Respecto a los elementos que condicionan la habitabilidad en las ciudades Rueda destacó factores como la contaminación atmosférica, el ruido, los accidentes y la ocupación del suelo, y aseguró que «muchas variables están relacionadas con el actual modelo de movilidad». Así, propuso reducir el uso y el espacio que actualmente tienen los vehículos privados afirmando que «las ciudades tienen que ser para los ciudadanos, no para los peatones». «El ciudadano es aquel que puede desarrollar su vida en su amplitud máxima, no solo desplazamiento y movilidad, sino también juego, cultura, arte y democracia. Todo esto es a lo que debemos aspirar», agregó.

Mayor «habitabilidad» en las ciudades con «soluciones basadas en la naturaleza»

Por su parte, el escritor Cecilia Gañán resaltó en el Foro de Debate Ciudades que Cuidan que la humanidad va a vivir en los próximos años «el mayor crecimiento urbano en la historia». En este contexto, advirtió que el crecimiento urbano actual es «desordenado e insostenible» y está generando el concepto de «no ciudad» porque solo se desplaza a la periferia la función de la vivienda, pero no los servicios, lo que aumenta el riesgo de exclusión social en estas zonas.

También abogó por una mayor «habitabilidad» en las ciudades gracias a «soluciones basadas en la naturaleza», y garantizar así la seguridad en el espacio público, reducir el ruido, mejorar la calidad del aire y disponer de espacios para el juego y la cultura, entre otras condiciones. En esta línea, explicó que en el urbanismo cada vez aparecen más conceptos como el de «justicia socioambiental», que implica mejorar las condiciones de vida de las personas con soluciones que también protejan el medio ambiente.

Gañán también advirtió que las ciudades cada vez tienen que ser más atractivas porque «en breve se iniciará una lucha por el talento» en la que las urbes competirán por acoger a las personas que aporten más valor añadido a la economía.