La carga física, emocional y la gran responsabilidad que adquiere la persona cuidadora, puede pasarle factura. Consciente de ello, desde IMQ se ofrecen cinco consejos para cuidadores no profesionales que tienen que hacerse cargo de una persona mayor o con una discapacidad.

Tal y como indica Estela Muñoz Sánchez, psicóloga de salud pública de la residencia IMQ Igurco Araba de Vitoria, «cuidar es una tarea costosa de mucha responsabilidad que con frecuencia genera una importante carga física, psíquica y emocional. Puede ser de mucha ayuda seguir estas cinco recomendaciones básicas y de fácil implementación: buscar información, organizarse el tiempo, pedir ayuda cuando es necesario, poner límites y llevar unos hábitos de vida saludable».

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Cuidar es una tarea costosa de mucha responsabilidad que con frecuencia genera una importante carga física, psíquica y emocional
  1. Buscar información
    El primer consejo que da la experta de IMQ Igurco es averiguar qué recursos pueden cubrir las necesidades del dependiente: asociaciones, comunidades y apoyo financiero o institucional o, en el caso del País Vasco, servicios de asesoramiento como los asistentes de IMQ.

  2. Organización del tiempo
    Cuando las tareas a realizar son muchas, «puedes marcarte objetivos a corto plazo para ir obteniendo pequeños logros», señala Estela Muñoz. «Programar las tareas a realizar por orden de importancia y pensar en alternativas con antelación, permiten estar más preparado ante situaciones complejas que puedan surgir. No olvides que la opinión de tu familiar cuenta, por lo que siempre que sea posible, es importante que consultes los cambios con él».

  3. Aprender a pedir ayuda
    Reconocer que en ocasiones se necesita ayuda «no es un signo de debilidad; al contrario, te hará más eficaz en el cuidado». Para Muñoz, el cuidado de una persona «es una situación difícil; por lo que permítete expresar y experimentar sentimientos desagradables. Pide lo que necesites, déjate ayudar por otros familiares y profesionales y valora la ayuda recibida entendiendo que tu forma de realizar las tareas no es la única válida. Es cierto que no se puede obligar a nadie a asumir la responsabilidad del cuidado de otro; en ese caso, acepta la libertad del otro y apóyate en otras personas, recursos sociales y asociaciones».

  4. Poner límites
    Otro de los consejos expuestos por la psicóloga sanitaria es el de poner límites. «Tienes el derecho a establecer límites con la persona que cuidas ante sus demandas excesivas o inapropiadas y decir ‘no’ ante peticiones no urgentes». También aboga por fomentar la independencia de la persona dependiente, recomendando «dejar que haga lo que sabe hacer, intégrala en las tareas. La mayor ayuda para ambos es fomentar su autonomía. Concéntrate en lo que puedes hacer, no te fijes solo en los fallos. Estás haciéndolo lo mejor que puedes con los recursos que tienes. No existe el cuidador perfecto».

  5. Hábitos de vida saludable
    Reconocer los indicios de estrés y agotamiento es la última de las recomendaciones de Estela Muñoz para desarrollar una tarea de cuidados de una manera saludable. «Presta atención a tu descanso y a la calidad de tu alimentación. A veces, el cansancio por el exceso de tareas nos aleja de nuestras aficiones y seres queridos. Evita el aislamiento, haz una lista de tus ‘válvulas de escape’ y dedica algo de tiempo a hacer actividades que te gustan. Dedícate ese tiempo sin prisas, no tienes por qué sentirte culpable por descansar, por seguir enfocado en tu vida y disfrutando de ella».

Para concluir, la psicóloga de IMQ Igurco Araba recalca que «detrás de cada persona dependiente que necesita cuidados, se halla la figura de un cuidador que también necesita cuidarse y que lo cuiden. No te olvides de ti. Cuídate para cuidar».