Las personas que consumen mayor cantidad de aceite de oliva pueden reducir su riesgo de muerte prematura en general y por causas específicas, incluidas enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y cáncer, en comparación con las personas que nunca o casi nunca consumen aceite de oliva, tal y como revela un estudio dirigido por investigadores de Harvard T.H. Chan School of Public Health.

Publicado aparece en la edición online de la revista Journal of the American College of Cardiology, se trata del primer estudio observacional a largo plazo sobre el consumo de aceite de oliva y la mortalidad en los Estados Unidos, ya que la mayoría de las investigaciones anteriores sobre el aceite de oliva y la salud se han centrado en poblaciones de Europa y el Mediterráneo, donde el consumo de aceite de oliva es mayor.

geriatricarea aceite de oliva
Un mayor consumo de aceite de oliva se relaciona con un menor riesgo de muerte prematura

Tal y como indica Marta Guasch-Ferré, científica investigadora principal del Departamento de Nutrición de la Escuela Chan de Harvard, «el consumo de aceite de oliva se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, pero su asociación con la muerte prematura no estaba clara». «Nuestros hallazgos confirman las recomendaciones dietéticas actuales para reemplazar las grasas animales con aceites vegetales para la prevención de enfermedades crónicas y muerte prematura», destaca la investigadora.

Para la realización de este estudio los investigadores utilizaron datos de salud recopilados entre 1990 y 2018 para 60.582 mujeres que participaron en el Estudio de Salud de Enfermeras y 31.801 hombres en el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. Todos los participantes estaban libres de enfermedad cardiovascular o cáncer al comienzo del estudio y completaron cuestionarios dietéticos cada cuatro años. Durante el período de estudio 36.856 personas murieron.

A los participantes se les preguntó con qué frecuencia empleaban aceite de oliva en la elaboración de sus comidas. Según los hallazgos, las personas en la categoría más alta de consumo de aceite de oliva (más de siete gramos por día) tenían un riesgo 19% menor de mortalidad total y por enfermedades cardiovasculares, un riesgo 17% menor de mortalidad por cáncer, un riesgo 29% menor de mortalidad neurodegenerativa y un riesgo 18% menor de mortalidad respiratoria, en comparación con aquellos que nunca o rara vez consumieron aceite de oliva.

En comparación con la margarina, la mantequilla, la mayonesa o la grasa láctea, el uso de aceite de oliva se asoció con un menor riesgo de mortalidad total y por causa específica, aunque no se observó una reducción significativa del riesgo cuando se comparó el uso de aceite de oliva con el uso de otros aceites vegetales.

«Los médicos deben aconsejar a los pacientes que reemplacen ciertas grasas, como la margarina y la mantequilla, con aceite de oliva para mejorar su salud», señala Guasch-Ferré, indicando que «nuestro estudio ayuda a hacer recomendaciones específicas que serán fáciles de entender para los pacientes y, con suerte, implementar en sus dietas».

Artículo de referencia:
“Consumption of Olive Oil and Risk of Total and Cause-Specific Mortality Among U.S. Adults,” Marta Guasch-Ferré, Yanping Li, Walter Willett, Qi Sun, Laura Sampson, Jordi Salas-Salvadó, Miguel Martínez-González, Meir Stampfer, Frank Hu, Journal of the American College of Cardiology, online January 10, 2022, doi: 10.1016/j.jacc.2021.10.041 https://www.jacc.org/doi/10.1016/j.jacc.2021.10.041?_ga=2.131060172.239687061.1641967760-793696057.1641967760