La enfermedad cardíaca puede causar directamente una disfunción cerebral, lo que podría conducir a la demencia al evitar que el cerebro recibe suficiente oxígeno y triplicar la cantidad de beta-amiloide en el cerebro, una proteína causante del Alzheimer, tal y como revela un estudio de Neuroscience and Healthy Lifespan Institutes de la Universidad de Sheffield.

Esta nueva investigación, publicada en eLife, ha revelado que la enfermedad cardíaca causa una ruptura de una función cerebral clave que vincula la actividad cerebral y el flujo sanguíneo, lo que provoca que el cerebro recibe menos sangre por la misma cantidad de actividad.

Esto sucede en pacientes con enfermedades cardíacas antes de la acumulación de grasa en los vasos sanguíneos del cerebro (aterosclerosis) y es un preludio de la demencia. Hasta ahora no estaba claro cómo algunas formas de demencia vascular pueden ocurrir años antes de la aterosclerosis en el cerebro.

Los investigadores también han descubierto que la combinación de enfermedad cardíaca y una predisposición genética para la enfermedad de Alzheimer triplica la cantidad de beta-amiloide, una proteína que se acumula y desencadena el Alzheimer, y también aumenta los niveles de un gen inflamatorio (IL1) en el cerebro.

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Este estudio de la Universidad de Sheffield revela que la enfermedad cardíaca causa disfunción cerebral temprana y puede triplicar la presencia de beta-amiloide en el cerebro, proteína causante del Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en todo el mundo y la enfermedad cardíaca es un factor de riesgo importante tanto para el desarrollo de Alzheimer como otros tipos de demencia. En este sentido, el Dr. Osman Shabi, autor principal del estudio de la Universidad de Sheffield, destaca que «hemos descubierto que la enfermedad cardíaca en la mediana edad causa la ruptura del acoplamiento neurovascular, un mecanismo importante en nuestros cerebros que controla la cantidad de sangre suministrada a nuestras neuronas. Esta descomposición significa que el cerebro no recibe suficiente oxígeno cuando es necesario y, con el tiempo, esto puede conducir a la demencia».

El equipo también encontró que las lesiones cerebrales también pueden empeorar la regulación del flujo sanguíneo cerebral, lo que respalda las observaciones de que los síntomas de los pacientes a menudo empeoran después de lesiones o caídas.

A partir de ahora el equipo de investigadores analizará el uso de un medicamento para la artritis que se dirige a IL1 para ver si podría revertir o reducir la disfunción cerebral causada por una enfermedad cardíaca, gracias una subvención de tres años de la Fundación Británica del Corazón.