Enmarcado en el Protocolo implantado por el Ejecutivo andaluz para combatir los problemas de aislamiento, la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de esta Comunidad pondrá en marcha un programa para formar al personal de las entidades bancarias con presencia en Andalucía para que colaboren en la detección de posibles casos de soledad no deseada entre las personas mayores.

La soledad no deseada afecta al 47% de la población andaluza mayor de 55 años, y se alinea con los criterios y valores de responsabilidad social corporativa de las entidades del sector bancario, tal y como señalaron responsables de las entidades financieras durante un encuentro de trabajo en la Consejería.

Esta reunión se enmarca en el calendario de trabajo desarrollado en los últimos meses por la Consejería junto a responsables de Banco de España en Sevilla, Caixabank, Banco Santander, Cajasur-Kutxbank, Ibercaja, Caja Rural del Sur, BBVA, Fundación Cajasol y Unicaja Banco bajo la premisa de ofrecer una atención preferente a las personas mayores, que representan el 17,7% de la población en la comunidad en estos momento y que en 2040 crecerán hasta suponer el 28,6% del total de los y las andaluzas.

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La entidades del sector bancario y Consejería de Igualdad colaborarán para detectar casos de soledad no deseada en personas mayores

La Consejería de Igualdad agradece la disposición al diálogo de las entidades para dar una atención individualizada y de calidad a las personas mayores, y subraya los diferentes problemas en el ámbito financiero que afronta este grupo de población, como la brecha digital y de acceso que suponen algunos trámites bancarios, según se ha planteado en numerosas ocasiones en el Consejo Andaluz de Personas Mayores y en los consejos provinciales.

En este sentido, el grupo de trabajo (el primero en el que coinciden todas las entidades en los últimos 12 años) está analizando ya diversas acciones de formación bancaria en general, y de banca digital en particular, para ofrecerlas al colectivo a lo largo de este mismo año, con especial atención a las zonas rurales.

Así, se ha acordado que, a través de personas voluntarias y utilizando como punto de partida material didáctico elaborado por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, estos talleres se lleven a cabo aprovechando la red de centros de participación activa (CPA) distribuidos por toda Andalucía, y que cuentan con más de 460.000 personas asociadas. Asimismo, desde la Consejería realizarán una prospección entre las personas asociadas a los CPA para concretar los puntos más interesantes a abordar en esos talleres.

Otra gran línea de actuación se centra en la colaboración de las entidades bancarias en la detección de la soledad no deseada entre las personas mayores. Tal y como apunta el director general de Personas Mayores y Pensiones No Contributivas de la Consejería, Pedro Mancha, «es una acción muy sencilla, que no requiere una carga especial de trabajo, y que nos permite aprovechar la proximidad en el trato y cercanía de la plantilla de las entidades con estas personas más vulnerables».

En este sentido, desde la Consejería de Igualdad ya se ha facilitado al sector bancario el Protocolo de Soledad No Deseada, y se estudian las vías para facilitar formación a los y las empleadas de las entidades de manera que puedan, de forma ágil, convertirse en agentes de detección de estos posibles casos de aislamiento de las personas mayores.

Como indicó la consejera Rocío Ruiz durante la presentación de ese protocolo, «el Gobierno andaluz tiene un reto muy ambicioso, que no es otro que volver a reivindicar las relaciones de proximidad y cercanía que han marcado siempre el carácter de los andaluces» a través de la creación de redes de agentes comunitarios el ámbito familiar, vecinal, de barrio (como comercios, gimnasios, transporte público…), sociocomunitario, sanitario, farmacéutico, asociativo, de ocio, laboral o de seguridad (donde se encuentran las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, Protección Civil…).

«Queremos incorporar el sentido de comunidad para atajar un problema grave como es la soledad no deseada», destaco Ruiz, resaltando que «rompiendo el aislamiento y la situación de soledad no deseada que viven muchas personas mayores andaluzas, y favoreciendo la promoción del envejecimiento activo y mejora de la calidad de vida y bienestar mental«.

Una vez que se comunique un caso, el Protocolo de Soledad No Deseada prevé la elaboración de un informe que confirme ese aislamiento y la activación de un Plan de Intervención Individualizado (PII) consensuado con la propia persona mayor. Entre los recursos se que se pueden ofrecer para paliar la situación de soledad no deseada se incluye:

  • acompañamiento presencial o telefónico
  • programas de voluntariado
  • centros de participación activa
  • programas de envejecimiento activo

El Ejecutivo andaluz también se plantean otras medidas en función del grado de dependencia de la personas, como el servicio de ayuda a domicilio o teleasistencia, la posibilidad de sumarse a los programas de vivienda compartida que pueden ofrecer las administraciones, o a otros de ocio y turismo para atajar esta situación.

El 47% de las personas de 55 y más años sufre soledad no deseada

La población andaluza tendrá más de 65 años en un horizonte de 50 años, debido la caída de la natalidad y al envejecimiento progresivo, según la Proyección de la Población de Andalucía y Provincias 2016-2070 publicada por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), lo que acarreará desafíos para el sostenimiento del estado del bienestar, las pensiones, y un modelo de envejecimiento activo.

La distribución por edad de la población andaluza responde a un modelo regresivo, típico de territorios envejecidos con baja natalidad y mortalidad, en que el grupo de edad de personas entre 65-84 años (1.385.104 personas en Andalucía, 17,69% del total), es mayor que el de la población más joven (menos de 14 años, 15,25%), especialmente por la mayor proporción de mujeres mayores respecto a las jóvenes (18,3% frente al 14,8%).

Además, el 47% de las personas andaluzas de 55 y más años se encuentra en soledad no deseada, según el Estudio sobre soledad no deseada en personas de 55 y más años en Andalucía, elaborado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación. Este sentimiento aumenta con la edad, siendo especialmente preocupante a partir de los 80 años. Asimismo, un 15% se encuentra en riesgo de aislamiento social, cifras que aumentan entre los grupos de mayor edad como consecuencia de la rotura o pérdida de la red de amistades y una menor frecuencia de los contactos.