Las mujeres con Alzheimer tienen menos probabilidades de ser escogidas para participar en ensayos clínicos, pese a que este colectivo es más propenso a sufrir la enfermedad, con una prevalencia del 7,1% frente al 3,3% en los hombres mayores de 65 años, tal y como revela un estudio realizado por los investigadores del Ace Alzheimer Center Barcelona.

Este estudio es la primera investigación que tiene como objetivo identificar el papel del género en el cribado de los ensayos clínicos de la enfermedad de Alzheimer y los datos, publicado en la revista Alzheimer’s Research & Therapy, son reveladores. Se ha analizado una cohorte de más de 9.500 personas –formada por un 70% de mujeres y un 30% de hombres– diagnosticadas con deterioro cognitivo leve o con enfermedad de Alzheimer.

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El nivel educativo es el factor que explica la subrepresentación de las mujeres en los ensayos clínicos sobre Alzheimer

El nivel educativo es el factor que explica la subrepresentación de las mujeres en los ensayos clínicos, especialmente las de edad más avanzada. Muchas de ellas, nacidas en la época de posguerra, no tuvieron acceso a educación y no disponen de las habilidades básicas de lectura y escritura, necesarias para poder evaluar el rendimiento cognitivo de personas con demencia en ensayos clínicos.

En este sentido, cabe destacar que el nivel educativo bajo es uno de los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer más conocidos. Sin embargo, esta ya no es la situación actual en las zonas más acomodadas del planeta, lo que podría cambiar el desequilibrio entre la proporción de mujeres y hombres con demencia en un futuro próximo.

Enfoque centrado en el género en la investigación clínica

Maitée Rosende-Roca, neuróloga de Ace Alzheimer Center Barcelona, afirma que “el gran número de mujeres de edad avanzada con la enfermedad de Alzheimer y con un nivel educativo bajo exige un enfoque centrado en el género en la investigación clínica. Es necesario desarrollar nuevas herramientas de evaluación que sean sensibles al nivel educativo para conseguir una representación proporcional de las mujeres”.

En base a este nuevo paradigma, la Unidad de Memoria de Ace ha implementado un proceso de preselección que facilita la identificación de los participantes con mayores probabilidades de cumplir con los requisitos del ensayo. Esta estrategia de selección genera una lista de candidatos y candidatas potencialmente elegibles, con características heterogéneas que reflejan la población real de pacientes con demencia, lo que permite un detallado análisis de los factores que intervienen en la participación en el ensayo clínico.

Finalmente, para los responsables del estudio, es preciso enfatizar en la necesidad de poner en valor el papel de las mujeres en todo lo que rodea la enfermedad de Alzheimer: además de tener un mayor riesgo de desarrollarla, las mujeres también llevan el peso de la atención y el cuidado de otras personas con demencia.

En concreto, 2 de cada 3 personas cuidadoras son mujeres, y en caso de que un familiar hombre desarrolle demencia, es más probable que sean ellas que ejerzan de cuidadoras. Así, el cuidado de una persona dependiente afecta a su desarrollo personal y profesional.