El empeoramiento de la regulación cardiovascular, propia del envejecimiento de las personas, puede estar relacionado con el surgimiento de la demencia, tal y como sugiere una investigación de la Universidad de Granada.

La regulación cardiovascular está formada por todos los acontecimientos que permiten que el organismo suministre un flujo sanguíneo correcto a los órganos del cuerpo, también al cerebro. Gracias a una serie de test cognitivos, los investigadores de la Universidad de Granada han descubierto que las personas con peores resultados en dichas pruebas cognitivas tienen también dificultades para mantener una correcta regulación cardiovascular, “lo que podría ser la antesala de una futura demencia”, señala Juan José Ramos Rodríguez, profesor del Departamento de Fisiología de la UGR en la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta e investigador principal de este estudio, en el que también trabaja la estudiante del Grado en Enfermería Himan Mohamed Mohamed.

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José Ramos Rodríguez, profesor del Departamento de Fisiología de la UGR, es el investigador principal de este estudio

Este trabajo, en la línea con estudios previos, ha determinado que en las personas de mayor edad se produce la hipotensión ortostática, es decir, cuando hay un cambio de postura brusco, por ejemplo al levantarse, no se produce un aporte sanguíneo correcto al cerebro, lo que puede originar pequeños mareos y pérdidas de conciencia que son más habituales conforme avanza el envejecimiento.

“Parece ser que esta hipotensión cerebral funcionaría como factor de riesgo para sufrir posteriormente una demencia”, indica el profesor del Departamento de Fisiología de la UGR. Detrás del empeoramiento de la regulación cardiovascular puede haber factores como la obesidad o algunas enfermedades metabólicas, según la investigación.

En el futuro, el equipo de la UGR estudiará la posible relación entre el deterioro de la regulación cardiovascular de las personas y el surgimiento de la enfermedad de Alzheimer.

Este vídeo, elaborado por la Oficina de Gestión de la Comunicación de la Universidad de Granada, explica las principales conclusiones de esta investigación: