En España casi cinco millones de personas viven solas, sobre todo mayores de 65 años. La soledad se ha convertido en un problema social derivado de la forma de vida actual. Por ello, desde la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se destaca que las actividades y programas que se llevan a cabo desde los ayuntamientos son fundamentales para hacer frente a esta situación.

La soledad es una realidad en pleno siglo XXI. Tal y como muestran los datos procedentes de estudios de la Comisión Europea, el 11% de los españoles se ha sentido solo durante el último año; y los meses de confinamiento de la pandemia la situación se agravó, llegando hasta el 18%.

Son ejemplos contrastados a los que hizo alusión el secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Carlos Daniel Casares, en el acto inaugural de la jornada “Las actuaciones locales que abordan la soledad no deseada”.

Casares señaló que la pandemia puso de manifiesto la fragilidad asociada a las situaciones de soledad y la importancia de las políticas públicas a la hora de ofrecer soluciones eficaces. También recordó que, según datos del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, son 4.849.000 las personas que viven solas en nuestro país; el 43% de ellos tiene más de 65 años y el 70% son mujeres, una soledad que afecta de manera diferente a las personas según residan en medio rural o urbano.

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En la imagen, asistentes a la jornada “Las actuaciones locales que abordan la soledad no deseada”

Para Casares, los gobiernos locales son los que deben situarse en primer plano de la acción frente a la soledad no deseada, por su proximidad y capacidad de adaptación, ofreciendo un enfoque transversal sobre esta realidad en actuaciones vinculadas al envejecimiento activo, a la igualdad entre mujeres y hombres o a la accesibilidad universal.

A su juicio, esta responsabilidad requiere dotar de más poder a los ayuntamientos, para lo cual “es preciso una Ley de Bases de Régimen Local que dote de recursos y competencias para impulsar con más fuerza y rigor todo lo que tiene que ver con la política social”, detalla el secretario general de la FEMP.

La soledad crece en nuestra sociedad y afecta a muchas personas

Matilde Fernández, presidenta de Honor de la Asociación contra la Soledad no Deseada y presidenta también del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, destacó la importancia de las buenas prácticas municipales que se van conociendo cada día, y recalcó la existencia de «diferentes soledades, porque ya afecta a muchos grupos sociales, está creciendo y que lo hará más aún«.

Fernández subrayó que la sociedad española es consciente de que se trata de una realidad en la que todos han de implicarse, tanto el Gobierno Central como los locales y, sobre todo, la propia ciudadanía. También ha señalado las cifras del tamaño de los municipios de residencia de las personas mayores de 65 años, manifestando que «nuestro reto es poner el rostro de las personas en las agendas políticas».

La importancia del convenio suscrito entre la FEMP y la Red Soledades fue otro de los puntos destacados por Matilde Fernández, por su relevancia para fomentar investigaciones y «unir lo disperso», en referencia al trabajo de diversos gobiernos y colectivos. «No es posible que todas estas personas no estén activas, que no participen o que no opinen. Hay que seguir trabajando para dar las respuestas que demanda la ciudadanía del Siglo XXI«, añadió.

La experiencia local

Esta jornada, desarrollada en la sede de la FEMP, tuvo una mesa como eje central, en la que se presentaron experiencias locales en el abordaje de las situaciones de soledad no deseada. Loles Díaz, presidenta de la Asociación Mayores Siglo XXI, coordinó esta mesa e hizo hincapié en «la necesidad de cambiar el enfoque para que la soledad no sea una etiqueta más para las personas mayores. Este problema social es una consecuencia de nuestra forma de vida actual. Las actividades y programas que se llevan a cabo desde los ayuntamientos son fundamentales para hacer frente a esta situación que se irá agravando».

Nieves Sevilla, concejala delegada de Bienestar Social y Cooperación de Getafe, se refirió al proyecto ‘Getafe Contigocomo «una iniciativa vertebradora de la acción social de las personas mayores que sentían solas», y ha afirmado que «enfrentar la soledad no deseada requiere implicar a todas las concejalías y a toda la ciudad, desde el comercio local hasta la sociedad civil».

Por su parte, Nuria Tregón, concejala de Servicios Sociales, Familia e Igualdad de Teruel, explicó que el proyecto realizado en su ciudad «ha traído muchos beneficios a la ciudadanía y por ello se va a extender a otras comarcas. Las entidades locales deben acompañar a sus mayores desde la cercanía y deben aprender de la red social de los pueblos, de la España rural, para aplicar esa proximidad».

Iván Reinares, concejal del Área de Servicios Sociales y Desarrollo Comunitario de Logroño, incidió en la necesidad de abordar cada caso de forma individual para «reactivar el plan vital de cada persona, para mostrar que siempre hay futuro». Además, se ha referido a la importancia de la transversalidad y de la detección para que se puedan utilizar todos los recursos de la ciudad.

Por último, Constancio Rodríguez, director del Programa Espacios Senior de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP), dio a conocer el proyecto ‘Contigo en casa’, que surge de la voluntad de intervenir en zonas rurales «porque precisan de un fortalecimiento de estructuras y de las acciones de los ayuntamientos para trabajar desde la cercanía».