Un artículo de Sanitas Mayores

La obesidad y el sobrepeso son problemas de salud cada vez más frecuentes en España, y son especialmente preocupantes en las personas mayores de 65 años. Según la Encuesta Europea de Salud de 2020, un 19,3% de las personas mayores de 65 años en España y otro 42,4% tiene sobrepeso.

Si no se trata, esta situación puede acarrear graves consecuencias para la salud de las personas mayores, ya que aumenta el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o hipertensión, entre otras. Además, afecta de manera directa en la calidad de vida de las personas mayores ya que puede limitar su movilidad e impedir la realización de sus actividades diarias.

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La obesidad en personas mayores es un problema creciente que debe combatirse con un estilo de vida saludable

Existen varias razones por las que la obesidad y el sobrepeso aparecen en las personas mayores de 65 años. En primer lugar, el sedentarismo, al ver estos reducida su actividad física y, en segundo lugar, la dieta y sus hábitos, ya que al llegar a determinada edad seguir una dieta equilibrada se convierte en una tarea complicada para muchas personas.

Desde Sanitas Mayores estamos firmemente comprometidos con la prevención de la obesidad y creemos que debe abordarse de manera integral desde todos los sectores de la sociedad. En este sentido, no se trata solamente de perder peso, sino de adoptar un estilo de vida saludable que incluya una alimentación adecuada y la realización de actividad física regular. Todo ello con el objetivo de prevenir la aparición de patologías y garantizar un envejecimiento digno, saludable y feliz.

Es por ello por lo que las residencias y los centros de día deben contar con planes específicos que atiendan estas cuestiones y las sitúen como prioridad en el cuidado y la atención de los mayores.

Una correcta dieta saludable debe incluir alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Además, es importante limitar el consumo de alimentos procesados, grasas saturadas, azúcares y sal. Es recomendable acudir a un nutricionista para que proporcione pautas adaptadas a cada persona.

Además, es conveniente controlar el tamaño de las porciones puesto que las personas mayores tienen un metabolismo más lento y necesitan menos calorías. Esto les ayudará a evitar el exceso de ingesta calórica y a mantener un peso saludable. Por otro lado, asegurar un consumo adecuado de calcio es clave ya que los alimentos ricos en calcio, como los productos lácteos, así como aquellos con vitamina D, como los pescados grasos y actividades como la exposición al sol, son importantes para la salud ósea.

Por otra parte, la actividad física regular puede mejorar la movilidad, la fuerza, el equilibrio y la coordinación, lo que a su vez previene caídas y lesiones. Además, el ejercicio ayuda a retrasar la aparición de enfermedades crónicas y mejorar la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades y lesiones.

Se recomienda en este sentido que las personas mayores de 65 años realicen al menos 20 minutos de actividad física diario. Esto puede incluir caminar, nadar o hacer yoga, entre otras acciones. También es beneficioso incluir ejercicios de fuerza muscula, equilibrio y estiramientos. Si la persona presenta limitaciones en su movilidad, es posible realizar ejercicios de resistencia gradual para preservar la flexibilidad muscular. En este sentido, todo plan de actividad física debe estar adaptado a cada caso particular.

La obesidad en personas mayores es un problema creciente que debe ser atajado para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas mayores. Es de vital importancia proporcionarles recursos y apoyo para ayudar a llevar un estilo de vida saludable.