El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que presenta síntomas variados y que ha experimentado un notable aumento en el mundo occidental. Dependiendo de la edad y las características del paciente se puede optar por tratamientos personalizados avanzados, como la estimulación cerebral profunda y las bombas de infusión.

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta por el temblor, la rigidez y la dificultad de movimientos. No obstante, en su evolución pueden aparecer otros síntomas como enlentecimiento en el pensamiento, depresión y trastornos comportamentales, dificultades en la deglución, trastornos del sueño, problemas olfatorios, alteraciones esfinterianas y apatía y astenia.

Geriatricarea- la fisioterapia en el tratamiento del párkinson
Al ser una afección neurodegenerativa progresiva se debe actuar en las etapas iniciales del Parkinson para ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida de los pacientes

Se trata de una patología que ha experimentado un notable auge en el mundo occidental en los últimos años. Según la Sociedad Española de Neurología, “el Parkinson afecta actualmente a 150.000 personas a nivel nacional, aunque el número de afectados se triplicará en 2050”. Además, se estima que más del 50% de las personas que han comenzado a tener síntomas de la enfermedad están aún sin diagnosticar.

David Curto, director médico de Sanitas Mayores, explica que “dado que hablamos de una afección neurodegenerativa progresiva, actuar en las etapas iniciales suele ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ello, desde el punto de vista de los sanitarios, es necesario saber cómo ayudar y apoyar a quienes la sufren. Cuando afecta a la población mayor, la prioridad es potenciar su bienestar mediante una atención sanitaria integral que se adapte a las necesidades de cada paciente, teniendo en cuenta siempre el avance de la enfermedad”.

En este contexto, la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela cuenta con un equipo especializado en esta patología integrado por el Dr. Alejandro Méndez, la Dra. Carolina Ochoa y el Dr. Ventura Anciones.

Como indica el Dr. Anciones “inicialmente, el manejo del Parkinson es más sencillo, con distintos fármacos que se toman vía oral o transcutánea, pero conforme se produce la pérdida de neuronas dopaminérgicas el control se hace cada vez más desafiante, debido a que ya no basta con administrar de forma pulsada la dopamina y esto conlleva efectos secundarios en muchas ocasiones discapacitantes”.

Alternativas en función de la edad y características del paciente

Dependiendo de la edad y las características del paciente, la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela destaca dos alternativas de tratamiento:

  • Estimulación cerebral profunda
    Consiste en una intervención quirúrgica en la que se introducen unos electrodos en el cerebro de forma mínimamente invasiva, estimulando en la mayoría de las ocasiones una región profunda llamada núcleo subtalámico. Con esto se consigue simular la estimulación dopaminérgica del cerebro, mejorando los síntomas como la rigidez o el temblor de forma continuada. Asimismo, permite la reducción de la terapia oral pulsada que provoca esos efectos secundarios y que a veces pueden resultar molestos.

  • Terapias con bombas de infusión
    Se basa en la administración de distintos fármacos de forma continuada, bien a través del tejido celular subcutáneo (de forma similar a las bombas de insulina), o bien directamente a través del intestino mediante una pequeña intervención. No obstante, cabe destacar que este tratamiento requiere el compromiso por parte de la familia o los cuidadores y la educación de estos para poder no sólo realizar la colocación del dispositivo, sino también administrar los cuidados básicos que estos tratamientos reclaman.

El Dr. Anciones destaca también que no se debe olvidar que “el paciente es un ser holístico, el eje de nuestro quehacer, al que aplicamos estas alternativas terapéuticas que van aumentando en complejidad a medida que la enfermedad progresa, adaptándolas a las necesidades particulares de los pacientes y siempre teniendo en cuenta la mejor opción posible”.