Un artículo de Borja Salcedo Echeverria,
Miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco

La fisioterapia ha sido tradicionalmente asociada con la rehabilitación física, enfocándose en el tratamiento de lesiones y la recuperación funcional de diversas enfermedades. Sin embargo, en las últimas décadas, la atención se ha ido ampliando para incluir la salud mental, especialmente en poblaciones vulnerables como las personas mayores.

La intersección entre la fisioterapia y la salud mental es de suma importancia, ya que aborda tanto los aspectos físicos como psicológicos del bienestar, constituyendo una intervención integral y necesaria en el cuidado de nuestros mayores.

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La fisioterapia ofrece un enfoque único para abordar la salud mental en los adultos mayores

La realidad de la salud mental en personas mayores

Con el envejecimiento de la población, los trastornos de salud mental, como la depresión y la ansiedad, han comenzado a ser más reconocidos en personas mayores. Según la Organización Mundial de la Salud, un porcentaje significativo de mayores padece algún trastorno mental, a menudo exacerbado por factores como el aislamiento social, la pérdida de seres queridos y problemas de salud física.

La conexión entre la salud física y mental es innegable; una persona en buena forma física tiene más probabilidades de experimentar una salud mental positiva que alguien que enfrenta limitaciones funcionales severas.

El rol de la fisioterapia

La fisioterapia ofrece un enfoque único para abordar la salud mental en los adultos mayores. A través de técnicas específicas de ejercicio y terapia manual, los fisioterapeutas pueden ayudar a mejorar no solo la movilidad y la fuerza, sino también el estado de ánimo y la calidad de vida general.

Las intervenciones fisioterapéuticas dirigidas a mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza, pueden resultar en una disminución de la depresión y la ansiedad, promoviendo una mayor independencia y autoconfianza.

Ejercicio como terapia

El ejercicio es un pilar fundamental de la fisioterapia que ha demostrado ser efectivo en la mejora del estado de ánimo y la reducción de síntomas de ansiedad y depresión. Programas de ejercicio adaptados, que incluyen entrenamiento de fuerza, aerobios y actividades recreativas, fomentan la liberación de endorfinas, neurotransmisores que generan una sensación de bienestar. De esta manera, se logra no solo un beneficio físico, sino también un impacto positivo en la salud mental.

Intervención holística

Una perspectiva holística es clave en la atención a los mayores. Los fisioterapeutas en el ámbito de la salud mental adoptan un enfoque centrado en la persona, que considera no solo las limitaciones físicas, sino también el contexto emocional y social del individuo. Este enfoque permite el diseño de programas personalizados que abordan las necesidades específicas de cada persona, fomentando el empoderamiento y la autonomía.

Desafíos y oportunidades

A pesar de los beneficios claros, la integración de la fisioterapia en el tratamiento de la salud mental en personas mayores enfrenta varios desafíos. La falta de formación adecuada en salud mental para fisioterapeutas y la escasez de recursos en entornos de atención geriátrica son barreras significativas. Además, la Mentalidad tradicional hacia la fisioterapia como una disciplina puramente física con frecuencia subestima su potencial en la salud mental.

Para superar estos desafíos, es esencial fomentar la formación interdisciplinaria que permita a los fisioterapeutas adquirir habilidades en el manejo de trastornos mentales. Además, se deben promover programas de atención integrados que incluyan fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud.

La fisioterapia tiene un papel significativo en la mejora de la salud mental de las personas mayores. Al ofrecer un enfoque holístico que abarca tanto la rehabilitación física como el bienestar emocional, la fisioterapia puede marcar una diferencia crucial en la vida de nuestros mayores. Invertir en programas de salud mental que incluyan estas intervenciones no solo mejorará la calidad de vida de los adultos mayores, sino que también contribuirá a una sociedad más saludable y compasiva. Es necesario reconocer y promover este enfoque integral, garantizando así que nuestros mayores reciban la atención completa que merecen.