Combinar un programa en estilo de vida saludable con epigalocatequina galato (EGCG), un compuesto natural del té verde, podría ofrecer beneficios cognitivos sostenidos en personas con alto riesgo de desarrollar Alzheimer, tal y como indican los resultados del estudio PENSA, un ensayo clínico llevado a cabo de forma conjunta entre el Instituto de Investigación del Hospital del Mar y el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall.

El estudio PENSA (Prevention of cognitive decline in APOE-ɛ4 carriers with Subjective Cognitive Decline after EGCG and a multimodal intervention), que publica la revista The Journal of Prevention of Alzheimer’s Disease, han participado han participado 129 personas cognitivamente sanas, de entre 60 y 80 años, con alto riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer al ser personas que cumplen criterios de deterioro cognitivo subjetivo (SCD) y portadores del factor de riesgo genético APOE-ɛ4, que multiplica hasta 5 veces el riesgo de enfermedad de Alzheimer.

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Combinar un programa en estilo de vida saludable con epigalocatequina galato (EGCG) podría ofrecer beneficios cognitivos sostenidos en personas con alto riesgo de desarrollar Alzheimer, revela el estudio PENSA

La duración del estudio fue de 12 meses, más tres meses adicionales de seguimiento sin intervención, y los participantes se dividieron en tres grupos:

  • En el primero, los voluntarios y voluntarias se sometieron a una intervención multimodal en el estilo de vida, que incluía pautas de alimentación saludable, del tipo dieta Mediterránea, de ejercicio físico y de estimulación cognitiva, con visitas con una nutricionista, clases dirigidas en el gimnasio, psicoeducación, acceso a una plataforma de entrenamiento cognitivo, promoción de la interacción social y control de la actividad física y de la calidad del sueño, con una pulsera de actividad física. A la vez, recibieron epigalocatequina galato (EGCG), un flavonoide presente en el té verde que actúa a través de múltiples mecanismos neuroprotectores.
  • Un segundo grupo recibió la misma intervención, pero tomó placebo en lugar de EGCG.
  • Y el tercero, el grupo control, solo recibió recomendaciones sobre hábitos de vida saludables al inicio del estudio.

Los resultados demuestran los efectos positivos de esta intervención multimodal. Casi la mitad de los participantes que recibieron el programa en estilo de vida saludable combinado con EGCG mejoraron su cognición, en comparación con el 30% de los participantes del grupo que recibió el programa en estilo de vida combinado con placebo. Y estos beneficios cognitivos del grupo con EGCG se mantuvieron después de finalizar el tratamiento.

El estudio también destaca el efecto de seguir un estilo de vida saludable. En comparación con los participantes que solo recibieron consejos saludables, los que realizaron el programa completo de intervención mejoraron su cognición hasta 4,5 veces más si tomaron EGCG, y hasta 3 veces más si tomaron placebo. Además, los dos grupos de intervención redujeron el riesgo de desarrollar demencia en aproximadamente un 25%.

“En los grupos tratados con este tipo de intervención, no solo mejora significativamente la cognición, sino que, además, hay una reducción del riesgo de demencia respecto al grupo control. La dimensión de los cambios es muy relevante y es la más grande observada hasta ahora en otros estudios similares de prevención. El estudio también demuestra la ausencia de efectos adversos relacionados con el tratamiento con EGCG”, destaca el Dr. Rafael de la Torre, que ha encabezado el estudio PENSA y es el coordinador del Grupo de investigación en Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del Instituto de Investigación del Hospital del Mar.

Los dos grupos que recibieron la intervención en el estilo de vida mostraron mejoras en su cognición global y sus funciones ejecutivas, un conjunto de habilidades que permiten centrar la atención, recordar instrucciones, planificar, organizar, tomar decisiones o gestionar múltiples tareas a la vez

En este sentido, el Dr. Gonzalo Sánchez, investigador del estudio PENSA i del BBRC, señala que “estos resultados son relevantes porque las funciones ejecutivas son, en conjunto con la memoria, uno de los dominios cognitivos que más precozmente se alteran en la enfermedad de Alzheimer y su integridad es clave para garantizar la independencia en las actividades del día a día.

Tres meses después del final del ensayo se volvió a evaluar a las personas participantes y se pudo observar como los efectos en la cognición eran más sostenidos en aquellas que habían participado en la intervención y habían tomado EGCG. Concretamente, el grupo con EGCG presentó mejoras superiores en memoria y fluidez semántica en comparación con el grupo que va recibió la intervención de estilo de vida con placebo.

“Este estudio es uno de los primeros en el mundo que muestra que la combinación de estas intervenciones multimodales con compuestos que favorecen la cognición, tiene efectos aditivos, es decir, que el uso de estas substancies ayuda a mantener los efectos positivos del estilo de vida, apunta la Dra. Laura Forcano, investigadora del estudio PENSA y del Instituto de Investigación del Hospital del Mar. 

Pueden acceder aquí a los resultados del estudio ‘A multimodal lifestyle intervention complemented with epigallocatechin gallate to prevent cognitive decline in APOE- ɛ4 carriers with Subjective Cognitive Decline: a randomized, double-blinded clinical trial (PENSA study)’ publicado en la revista The Journal of Prevention of Alzheimer’s Disease.