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Un artículo de Purificación García,
gobernanta de Los Llanos Vital

La nutrición es un elemento clave para las personas mayores, ya que los alimentos que consumen influyen en su salud, pero también en su estado de ánimo.
Por ello, es muy importante que consigamos dar con una dieta efectiva, que cumpla con los objetivos necesarios, una buena nutrición y suponer un placer para los sentidos. Un proceso que puede parecer sencillo, pero que implica una buena coordinación de áreas y procesos para conseguir alcanzar ambos objetivos, aunando el poder, el querer y el necesitar.
La dieta que va a seguir cada residente o usuario en la Residencia y Centro de Día Los Llanos Vital es uno de los principales apartados del protocolo de nuevo ingreso. En un primer momento, para saber qué puede tomar y por qué, obtenemos la información del propio mayor y de sus familiares y, por supuesto, de los informes médicos previos que nos aportan.
Nuestros médicos anotan estos datos en la historia clínica y pasan a elaborar, junto con el departamento de enfermería, la dieta se debe seguir. Este es el procedimiento habitual y necesario que se lleva a cabo en un centro, pero tenemos la obligación de ir más allá porque sabemos la importancia de que los mayores disfruten del placer de comer.

Menús para todos los gustos

Desde las 10:00 de la mañana hasta las 21:30 los fogones de Los Llanos Vital no descansan. La actividad en las cocinas del centro es frenética porque los menús se adaptan a todos y cada uno de los que se van a sentar en la mesa a compartir un rato agradable en el comedor.

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En Los Llanos Vital los menús se adaptan a todos y cada uno de los residentes

Los menús se elaboran semanalmente y varían en función de la estación del año y diariamente, según las necesidades puntuales de cada uno de nuestros mayores. Todos cuentan con alimentos básicos: carne, pescado, legumbres… que van cambiando, para que puedan degustar nuevos sabores cada día, y se adaptan también a las tradiciones, con lo que no faltarán las torrijas o el potaje de vigilia en Semana Santa, por ejemplo. Además, tenemos muy en cuenta las costumbres, gustos y necesidades de cada comensal y personalizamos al máximo sus comidas.
¿Cómo lo hacemos? Estando a su lado en el comedor para ver cómo y cuánto comen, descubriendo qué les gusta y qué no para proponer alternativas en texturas o sabores. En este proceso nos apoyamos en nuestras cocineras, que salen al comedor, se implican, hablan con los residentes, les guardan los yogures de sus sabores favoritos o les cambian un plato por otro que saben que comerán con más gusto, siempre tratando de que la dieta sea sana y equilibrada.
Hay muchas opciones para disfrutar de la comida. Juan se comerá las lentejas con zanahorias, María con chorizo, Pedro en puré, Carmen puede que tenga que cambiar el plato por una dieta blanda, y Julia elegirá un menú opcional porque no le apetecen. Como gobernanta, me ocupo de que todo se realice según la pauta médica pero también de considerar todas las posibles opciones e incluso las excepciones a la misma.

Comer es un placer

La nutrición en un mayor es vital ya que, cambiando o agregando alimentos o complementos, podemos acelerar procesos curativos, como es el caso de las úlceras. Los mayores necesitan ciertos aportes esenciales porque tienen deficiencia de los mismos y tenemos que conseguir que, a través de una comida apetecible, cubran estas carencias. Por lo tanto, conseguir una dieta buena y apetecible nos ayudará a que nuestros mayores estén más sanos y, también, a que sean más felices.
Si comen bien repercutirá en su salud y en su estado de ánimo, ya que la parte afectiva y emotiva se relaciona directamente con la ingesta. Por ello, hay que potenciar la parte social que implica compartir el placer de las comidas con los compañeros de mesa y en un espacio agradable. Así, cuidamos al máximo la estética del comedor y la presentación de los alimentos y favorecemos que estén sentados con personas por las que sienten afinidad.
Debemos ser flexibles porque la personalización y el respeto también suponen que, en algunas ocasiones, la dieta se quede en un segundo plano. Siempre bajo la supervisión de la doctora o bajo el consentimiento informado del mayor o de sus familiares hacemos pequeñas excepciones.
Creemos que es mejor darle una croqueta a alguien que, en principio, no debe comerla por su dieta, primando el beneficio que puede aportarle el hecho de comer algo que le apetece y evitando el enfado que podría provocarle el sentirse mal por no haberla probado. El bienestar de la persona y su propia voluntad debe prevalecer, en ciertas ocasiones, sobre la dieta.
Por ello, también introducimos algunos alimentos que hemos acuñado como “goloseo” y de los que tanto disfrutan: natillas, pudding, flanes, fruta batida con sandía o melón, etc.

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Actividades como salir a tomar el aperitivo o los talleres de cocina potencian la parte social que implica compartir el placer de comer

Este “goloseo”, tomar un poco de vino con la comida (aunque sea muy mezclado con gaseosa), hacer una excepción de vez en cuando… son algunas de las opciones que barajamos porque sabemos el bienestar y la buena calidad de vida prevalecen, a veces, sobre las dietas.
Un día hacía malo y escuché a un grupo de señoras que decían que les apetecía chocolate con churros. No me lo pensé dos veces y, al día siguiente, les pusimos un delicioso chocolate con churros para desayunar. La felicidad de poder comer algo que les apetecía tanto aporta un gran bienestar que no es fácil de conseguir de otro modo.

Actividades entorno al placer de comer

Y si algo es un placer para nuestros mayores, hay que aprovecharlo. Por ello, en Los Llanos Vital realizamos actividades específicas en torno a la comida:

  • Celebramos cumpleaños de nuestros mayores y profesionales. Son excepciones en las que hay aperitivos, empanadas, embutidos… lo que la persona que cumple años decida en cada momento.
  • Chocolate con churros en El Escorial. Cuando el tiempo lo permite, programamos alguna salida para disfrutar de un buen chocolate con churros en nuestra Sierra.
  • En verano salimos a tomar el aperitivo a las terrazas de los pueblos de la Sierra. Es algo que forma parte de nuestra cultura y nuestra forma de vivir y que debemos seguir fomentando.
  • Tertulias. Uno de los éxitos de las tertulias que realizamos es el café y el bollo especial que las acompaña cada jueves.
  • Talleres de cocina. Ataviados con sus delantales, gorros y guantes los mayores que quieren participar en este taller cocinan para todos. Pimientos rellenos, galletas, tartas de San Valentín o torrijas son sólo algunos de los platos que han realizado nuestros chefs. El hecho de que sean ellos mismos los cocineros hace que vean con otros ojos la comida y la saboreen con más alegría.

Disfrutar de la comida es importante en todas las etapas de la vida. Comer con los amigos genera un ambiente diferente y placentero. Si esto lo unimos a que una nutrición adecuada influye positivamente en la salud de las personas y, por lo tanto, en su calidad de vida, queda claro que debemos prestar una atención muy especial y multidisciplinar a la nutrición de los mayores.