El glaucoma es un problema de salud pública de primer nivel, con una prevalencia superior ya al 3,5% en la población de entre 40 y 80 años. Debido a la falta de síntomas en las fases iniciales, el diagnóstico temprano resulta complejo, lo que lleva a que muchos pacientes descubran la enfermedad cuando el daño al nervio óptico ya es significativo.
Actualmente, el uso de colirios hipotensores es el tratamiento más habitual para controlar la presión intraocular en pacientes con glaucoma. Sin embargo, muchas de estas soluciones contienen conservantes que, a largo plazo, pueden dañar la superficie ocular y favorecer la aparición de síntomas de ojo seco, como escozor, irritación o visión borrosa.
La enfermedad del ojo seco (EOS), de carácter multifactorial, se asocia a inestabilidad de la película lagrimal e inflamación crónica6. En personas con glaucoma, su prevalencia alcanza entre el 40% y el 60%, muy por encima de la observada en la población general.

En el marco del 101º Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) se presentarón nuevos datos sobre el uso de Lubristil+G, una lágrima artificial sin conservantes que ha demostrado mejorar significativamente los síntomas del ojo seco en pacientes con glaucoma. Los resultados proceden del artículo científico multicéntrico “Evaluación clínica de un colirio con AH, PEA Y DHA en pacientes con glaucoma y molestias en la superficie ocular en práctica real” y abren nuevas posibilidades para abordar una de las complicaciones más frecuentes en estos pacientes.
Según el Dr. Sáenz-Francés San Baldomero, oftalmólogo especialista en glaucoma del Hospital Clínico Universitario San Carlos, director de la Revista Española de Glaucoma e Hipertensión Ocular y uno de los autores de la publicación “uno de los principales retos en el manejo del glaucoma es garantizar la tolerancia a los tratamientos. Las molestias o irritaciones derivadas del uso prolongado de colirios con conservantes pueden afectar directamente a la adherencia, un factor crítico para mantener la enfermedad bajo control”.
Mejoras clínicamente significativas
En este contexto, se presentó durante la celebración del congreso los resultados de este artículo científico multicéntrico de práctica clínica real, centrado en pacientes con glaucoma y molestias en la superficie ocular. El objetivo era evaluar el impacto de una lágrima artificial sin conservantes con ácido hialurónico (AH), palmitoiletanolamida (PEA) y ácido docosahexaenoico (DHA) tras 30 días de uso.
El 77,3% de los pacientes participantes en el estudio ya utilizaban lágrimas artificiales y el 68,2% estaban en tratamiento crónico con colirios hipotensores. Tras un mes de tratamiento, tres veces al día con las lágrimas artificiales sin conservantes, se observaron mejoras clínicamente significativas en todas las variables evaluadas:
- El índice OSDI (siglas en ingles del Índice de la Enfermedad de la Superficie Ocular), que mide los síntomas de ojo seco a través de un cuestionario validado se redujo en un 54%, lo que indica una clara mejoría en la percepción subjetiva del discomfort ocular por parte de los pacientes.
- El dolor ocular, medido a través de la escala de dolor, disminuyó un 58,7%, reflejando una mejora notable en el confort visual2.
- El tiempo de ruptura de la película lagrimal (TBUT, por sus siglas en inglés) se incrementó en un 54,7%. Este parámetro verifica cuánto tiempo dura la película lagrimal (capa de lágrimas en los ojos) después de parpadear). Un TBUT bajo indica inestabilidad en la lágrima, y un hallazgo común en los pacientes con EOS. El aumento observado sugiere una mejora significativa en la estabilidad y protección de la superficie ocular.
- El test de Schirmer, que mide la cantidad de lágrima producida de forma basal y refleja la capacidad del ojo para mantenerse hidratado10, mejoró un 23,2%.
Estos resultados confirman el beneficio clínico de esta formulación sin conservantes en pacientes con glaucoma y molestias en la superficie ocular. Gracias a su combinación de ácido hialurónico, PEA y DHA, el uso de Lubristil+G mejora dolor, alivia los síntomas y contribuye al cuidado integral del ojo seco.
“El uso de lágrimas artificiales sin conservantes y con una formulación adecuada es esencial en el manejo del glaucoma. Estas ayudan a reducir los efectos secundarios asociados a los colirios hipotensores, favorecen la adherencia al tratamiento y contribuyen a un mejor control de la enfermedad, con un impacto directo en la calidad de vida de los pacientes”, asegura el Dr. Sáenz-Francés.
Por su parte, Gemma Malla, directora de Digital Iberia y de la Unidad de Oftalmología en Angelini España, destaca que “el desarrollo de estas lágrimas artificiales refleja nuestro compromiso con la mejora de la calidad de vida de quienes conviven con el glaucoma y con avanzar hacia una atención más humana, eficaz y sostenible”.