Con el objetivo de garantizar que las personas mayores puedan recuperar de forma progresiva normalidad en su vida diaria, desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) se ofrecen una serie de recomendaciones para abordar adecuadamente el proceso de desescalada.

1. No limitar horarios para la salida de las personas mayores (que decidan el mejor momento, según su situación personal y condiciones de entorno).

2. Dar al mes 30 mascarillas quirúrgicas a las personas mayores de 70 años. Quienes las buscarían con su tarjeta sanitaria en las farmacias.

3. Dar al mes un bote de gel hidroalcohólico a las personas mayores de 70 años. Quienes lo buscarían con su tarjeta sanitaria en las farmacias.

4. Hacer campaña de sensibilización y apoyo intergeneracional con las personas mayores, como elemento de integración social y de detección de alertas.

5. Reactivar los servicios de atención a domicilio, comidas a domicilio y, a medida que se vaya controlando la epidemia, de los centros de día.

6. Impulsar un nuevo servicio de fisioterapia y terapia ocupacional a domicilio, para las personas mayores, que hayan presentado caídas o un deterioro funcional durante la fase de confinamiento y que previamente caminaban solos o con apoyo de bastón o andador.

7. Impulsar un nuevo servicio de apoyo psicológico para los cuidadores de personas mayores, especialmente para los cuidadores de aquellos que están cuidando a personas con demencia.

8. En general, a las personas mayores no les gusta identificarse como personas diferentes al resto de la sociedad porque no lo son y no se aconseja que haya elementos que así los diferencien, como vagones separados en el transporte público o mesas separadas en restaurantes. De hecho, este tipo de medidas (a veces realizadas con la mejor intención) podrían ser consideradas discriminatorias y edadistas, advierte la SEGG.

9. En el caso de las personas mayores con múltiples enfermedades y fragilidad y dependencia, y para las personas con demencia y sus cuidadores sí que es necesario:

  • Aconsejar a los supermercados y tiendas y establecimientos privados que no hagan esperar durante mucho tiempo el turno, estableciendo cajeros rápidos y atención por parte de los empleados.
  • Adoptar medidas similares para evitar esperas en las administraciones públicas, estimulando el contacto telemático.
  • Potenciar las entregas a domicilio de las compras realizadas por estas personas.
  • Identificar claramente en el trasporte público la preferencia de asiento de estas personas.