La Residencia Barrika Barri, de la localidad vizcaína de Barrika, ha logrado la certificación del “Protocolo de Prevención y Control de Infecciones COVID-19” otorgado por SGS, compañía especializada en el campo de la inspección, certificación y ensayos.

Desde SGS se ha comprobado que el protocolo elaborado e implantado por la Residencia Barrika Barri tiene la capacidad necesaria de prevención y respuesta ante el virus, según los parámetros que marca la legislación vigente y las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, el Gobierno Vasco y de la Diputación Foral de Bizkaia. Este certificado será comprobado de forma periódica por inspectores de SGS en visitas no anunciadas a la residencia.

La Residencia Barrika Barri ha obtenido la certificación del “Protocolo de Prevención y Control de Infecciones COVID-19” de SGS

La certificación del Protocolo de Prevención de la Residencia Barrika Barri confirma que la residencia está preparada para evitar en casos de infección en el máximo posible, y en caso de que se den, actuar de una forma planificada y organizada. “No es garantía 100%, pero éste es nuestro compromiso para proteger a los residentes y profesionales frente al COVID19, como hasta ahora”, destacan desde la residencia.

En este contexto, el director de la Residencia Barrika Barri, Gabirel Azaola, subraya que el protocolo “contempla evitar en lo posible la infección de ningún trabajador y/o residente. En otras palabras, ¡qué no entre! y definir el plan de contingencia para cuando se diera una posible infección para minimizar su extensión y propagación, así como abordar la asistencia integral de las personas enfermas (asistencial, sanitario y psicosocial)”.

“Como la pandemia va para largo, ir desescalando de manera razonable, midiendo los riesgos que asumimos, pero implementando medidas alternativas que nos ayuden a compensar este riesgo. Y sin dejar de cumplir con nuestros compromisos de atención integral durante toda la pandemia, señala Azaola.

En este sentido, el protocolo de la Residencia Barrika Barri se compone, a grandes rasgos, de un análisis de los riesgos asociados a la COVID-19 y cuál es su plan de acción. De esta forma, en primer lugar, contempla cuáles son los requisitos legales necesarios y las medidas generales dirigidas a la protección de la salud de los trabadores (formación e información, equipos de protección individual, uso, dotación y stock de seguridad, y medidas preventivas en el acceso para trabajadores y visitantes).

Por otro lado, también detalla las medidas dirigidas a la protección de la salud de los residentes y medidas específicas aplicadas para control de síntomas (controles excepcionales, oxigenoterapia, movilización, alimentación e hidratación, cuidados para la integridad de la piel, valoración y seguimiento psicológico).

El protocolo contempla también cómo ha de ser la comunicación con las familias y aspectos referidos a la organización de plantas para el aislamiento de personas residentes. Además, el protocolo describe cómo actuar ante casos de COVID-19 en residentes, trabajadores, contactos y cuáles son los planes de limpieza y desinfección.

Por último, el protocolo recoge cómo tiene que ser la higiene alimentaria de los residentes, gestión de residuos y los planes de desescalada. El protocolo también contempla la dotación de los EPIS necesarios y los controles de acceso al centro, para trabajadores, proveedores y visitas.