El documento de consenso desarrolla 20 cuestiones acerca de la nutrición parenteral intradiálisis (NPID) y da recomendaciones sobre su composición ideal, el tiempo de administración, los controles, monitorización y evaluación del paciente con enfermedad renal crónica.

Un panel científico formado por más de 120 profesionales de la salud de distintas especialidades, todas ellas relacionadas con la enfermedad renal, han elaborado un documento de consenso que da respuesta a 20 preguntas sobre la nutrición parenteral intradiálisis (NPID), con el objetivo de informar y crear conciencia sobre esta opción terapéutica como una forma complementaria, conveniente y eficaz de tratamiento médico nutricional durante la hemodiálisis.

geriatricarea, Soceidad Española de Nefrología, enfermedad renal
Este documento cuenta con los avales de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN)

El documento, que cuenta con los avales de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN), trata cuestiones relacionadas con el diagnóstico de la malnutrición en pacientes con hemodiálisis (HD), sus necesidades nutricionales, el papel de la NPID, su administración, monitorización y evaluación de la eficacia en la práctica clínica.

El documento pone de manifiesto, entre otras cuestiones:

  • La importancia de un cribado y valoración nutricional periódica.
  • Los efectos positivos de una terapia nutricional adaptada a las necesidades del paciente.
  • Consejo dietético y la suplementación oral en el inicio del tratamiento, así como la utilización de marcadores que permitan detectar la falta de eficacia de forma precoz para poder introducir otras estrategias terapéuticas como la NPID.

Nutrición parenteral intradiálisis

Aproximadamente, el 45% de los pacientes con enfermedad renal avanzada en tratamiento con hemodiálisis presentan desgaste proteico energético (DPE), llegando a sufrir graves problemas metabólicos y nutricionales que implican pérdidas en las reservas de músculo y grasa.

Es allí donde la NPID juega un papel fundamental, en pacientes desnutridos o en riesgo de desnutrición que pueden alimentarse por vía oral de manera segura, pero que no llegan a cumplir con los requerimientos nutricionales necesarios solo con la dieta oral.

En términos de resultados clínicos, la NPID no se ve influenciada por la adherencia del paciente y, en términos de valor añadido, elimina los problemas asociados a la pérdida de apetito y permite superar algunos de los trastornos de la función gastrointestinal como la gastroparesia que presentan los pacientes en HD.