El Hospital del Mar es pionero en Cataluña en tratar con estimulación cerebral profunda en el cíngulo a un paciente con dolor neuropático. Su objetivo es actuar sobre la parte afectiva del dolor crónico.

Este intervención, en cuyo abordaje ha participado el Servicio de Neurocirugía, el de Psiquiatría y la Clínica del Dolor, se ha realizado sobre una persona que quedó paraplégica en un accidente en el año 2018 y que sufría un dolor invalidante no provocado directamente por su patología física. Consistió en la colocación de dos electrodos en una zona concreta del cerebro, el cíngulo anterior dorsal, donde se gestiona la dimensión afectiva del dolor neuropático, ya que, entre otras funciones, modula y procesa las emociones de la persona.

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Imagen de la planificación de la cirugía mediante estimulación cerebral profunda en el cíngulo

La Dra. Gloria Villalba, neurocirujana coordinadora del Servicio de Neurocirugía del Hospital del Mar, lideró esta intervención pionera, cuyo objetivo no es actuar sobre la intensidad del dolor, el componente somático del dolor, sino sobre cómo afecta el dolor a la vida del paciente, su componente afectivo. En este sentido, la Dra. Villalba explica que «es el primer caso en el Estado en el cual se trata el dolor neuropático utilizando estimulación cerebral profunda en una zona del cerebro donde se controla la parte afectiva del dolor, no la sensitiva», apunta.

Gestionar la dimensión afectiva del dolor crónico

En relación con este nuevo tipo de abordaje, tal y como explica el Dr. Juan Castaño, médico adjunto del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar, «el enfrentarse, y la percepción del dolor crónico, no solo dependerán de la intensidad de la sensación dolorosa, sino que también será determinante la gestión que haga la persona con dolor crónico de la dimensión afectiva del dolor, es decir cómo se regula ante los pensamientos y emociones difíciles que se asociarán habitualmente».

El Dr. Castaño recalca que «la suma de la dimensión somática y afectiva del dolor constituye la experiencia dolorosa en su globalidad. Esta dimensión afectiva puede ser tan limitante o más que la dimensión somática del dolor, por la cual cosa también la podemos considerar uno de los objetivos terapéuticos fundamentales en el complejo abordaje del dolor crónico».

En el caso concreto de esta intervención llevada a cabo en el Hospital del Mar, ninguno de los tratamientos para abordar el dolor que sufría el paciente había funcionado. El dolor era tan intenso y le había generado un sufrimiento tan grande, que le llevó a un estado depresivo y ansioso, hasta el extremo que el paciente ha tenido dos intentos de autolesión.

Incluso ahora, en pacientes con dolor neuropático muy grave, se opta por la estimulación del córtex cerebral o, de forma menos frecuente, del tálamo, áreas que se corresponde con la zona concreta del cuerpo que duele y que tiene representación exacta en el cerebro, es decir, se trata el componente físico del dolor. Pero hay zonas del cuerpo que no tienen esta representación o que resulta muy complejo encontrarla.

En estos pacientes o en aquellos que no responden a otras técnicas de neuromodulación, se puede intentar el tratamiento con estimulación cerebral profunda en el cíngulo. Es el caso de la persona tratada en el Hospital del Mar, que tenía la lesión situada en el hueso sacro.

«Con la cirugía y la estimulación cerebral profunda, no cambiamos el dolor, sino su percepción, cómo el paciente vivirá a partir de ahora la percepción del dolor que sufre», señala la Dra. Villalba, quien destaca la importancia del trabajo preoperatorio que hacen los psiquiatras con el paciente, para ayudarlo a comprender cuál es el objetivo de la cirugía. En este sentido, después de pasar por el quirófano, se está realizando un seguimiento del paciente para ajustar de forma cuidadosa la estimulación que los electrodos llevan a cabo sobre el cíngulo para garantizar el nivel más adecuado para él.
 
Hasta la fecha, solo una treintena de casos han sido tratados en el mundo con este tipo de abordaje, obteniendo mejores resultados que las técnicas habituales. La intención del Hospital del Mar es iniciar un programa para tratar este tipo de pacientes.