Con la aprobación de la Ley de Igualdad de Trato no Discriminación tendría que haberse constituido ya la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y No Discriminación, un nuevo organismo que debe proporcionar orientación precisa y atención integral.

La aprobación de la Ley de Igualdad de Trato no Discriminación establecía un plazo de seis meses para instaurar la figura de la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y No Discriminación mediante un Real Decreto. Tras pasar ese plazo y no formalizarse este organismo, la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) insta al Gobierno a crearlo lo antes posible.

Esta ley, según la PMP, proporciona el marco normativo indispensable para proteger al colectivo de las personas mayores contra el edadismo. Asimismo, considera que la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y No Discriminación es un organismo imprescindible, dado que, gracias a él, las víctimas de discriminación contarán con orientación precisa y la atención integral que necesitan.

Esta Autoridad servirá también para formalizar denuncias cuando sufran cualquier exclusión o marginación en su día a día y en cualquier ámbito, como el sanitario, el jurídico, el digital y, en general, en el acceso a todos los servicios públicos y privados.

De este modo, la creación de este organismo independiente supone un paso fundamental para establecer definitivamente cambios positivos y efectivos en la forma en la que la sociedad se relaciona con las personas mayores, articulando procedimientos administrativos que permitan sancionar la discriminación por edad.

En esta línea, una de las prioridades de la PMP es la lucha contra el edadismo, en particular el que se basa en estereotipos que hacen ver la vejez como una etapa de la vida improductiva para la sociedad y que incitan a tratar a las personas mayores con infantilismo y/o paternalismo.

Por ello, la PMP promueve el envejecimiento activo y saludable, con el objetivo de lograr que se empodere a las personas mayores para que ocupen en la sociedad el lugar que les corresponde, dado que “son un gran activo social, económico y cultural, que aporta una gran experiencia y conocimiento y que ninguna sociedad se puede permitir despreciar”, recalcan desde esta Plataforma.