Un artículo de Andrea Caiña Dos Santos y Lorena Cotelo Cobelo,
Terapeutas Ocupacionales del Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales de Galicia (COTOGA)

Las nuevas tecnologías han revolucionado la cotidianidad de la mayoría de personas. El gran flujo y rapidez de acceso a la información, la comunicación, el entretenimiento, el trabajo e incluso la gestión de la salud, son difíciles de comprender hoy en día sin el uso de las nuevas tecnologías.

Pero esta realidad todavía es distinta para un importante porcentaje de la población. Gran parte de las personas adultas mayores no encuentran tan cotidiano e intuitivo el uso de muchos de estos recursos que ya se han instalado en el día a día de nuestra sociedad.

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Se necesitan programas de capacitación, adaptación de interfaces y enfoques intergeneracionales para que las personas mayores aprovechen al máximo las nuevas tecnologías

Uno de los procesos de la Terapia Ocupacional es el análisis de las actividades cotidianas y significativas de las personas, para analizar las ventajas o limitaciones y valorar la repercusión de estos resultados en la salud y bienestar. En esta ocasión, se analizarán algunos aspectos clave sobre los que reflexionar en cuanto a la introducción y uso de las nuevas tecnologías en la vida de las personas adultas mayores.

La Terapia Ocupacional entiende que las personas interactúan con su entorno a través de la ocupaciones, lo que da significado e identidad a la vida de estas. En el caso que nos ocupa, debemos abordar dos aspectos fundamentales; por un lado, las limitaciones que puede imponer el uso de las nuevas tecnologías y por otro, contrariamente, los beneficios que aportan.

En cuanto a las limitaciones, es importante tener en cuenta en primer lugar, la sensación de inseguridad que puede generar el uso de las nuevas tecnologías, especialmente aquellas que puedan comprometer la confidencialidad o datos especialmente delicados como tarjetas de crédito o movimientos bancarios. El desconocimiento o pobre control sobre los posibles riesgos, pueden generar el rechazo al uso de estas herramientas.

La accesibilidad, por otro lado, supone una importante barrera teniendo en cuenta las características de este grupo de edad, pues pantallas altamente sensibles al tacto, de tamaño reducido, o con formatos constantemente cambiantes, son de uso difícil para una población que no ha desarrollado o han visto mermadas muchas de las destrezas necesarias para interactuar con los soportes digitales.

Por último, como consecuencia de la digitalización de numerosos servicios, muchas personas mayores, han visto reducida su participación en actividades potencialmente significativas o necesarias para mantener su nivel de autonomía. Hacemos referencia en ese caso, a recursos o servicios que hasta hace poco no estaban digitalizados y que las personas de avanzada edad podían utilizar sin ayuda, como cobros o pagos bancarios a través de ventanilla, televisiones sin conexión aInternet, trámites burocráticos, compras en efectivo, o acceso a la información de servicios de uso público y privado.

La imposición del uso de la tecnología para muchas de estas situaciones, hacen que este grupo de población, actualmente necesite apoyo para realizar actividades que hasta hace poco podía llevar a cabo de forma autónoma, y por tanto, en muchas ocasiones concluye con una menor participación.

En cambio, en contraposición a estos aspectos, los dispositivos digitales también ofrecen beneficios que han facilitado la calidad de vida y bienestar de las personas mayores. La tecnología ha demostrado ser una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida. A medida que avanzan las nuevas tecnologías, se abren nuevas oportunidades para el desarrollo personal.

La principal protagonista de esta era digital puede ser la comunicación. Los dispositivos móviles, en este caso, han aumentado enormemente las posibilidades de comunicación. Ya no solo a nivel de ocio e interacción social, sino en cuanto a la necesidad de comunicar información importante de forma rápida, ya que facilitan el contacto entre personas en numerosos contextos.

En términos de promoción de la autonomía personal, la tecnología nos brinda múltiples soluciones para subsanar o compensar situaciones de dependencia. A través de la domótica, por ejemplo, podemos lograr aumentar el tiempo de vida independiente y la permanencia de muchas personas en su propio hogar evitando o retrasando el uso de servicios residenciales.

Los dispositivos de asistencia, como las prótesis avanzadas o los audífonos de última generación, también han marcado una diferencia en cuanto a la recuperación de la independencia en las actividades diarias de muchas personas.

Por último, los avances tecnológicos también enriquecen las opciones de rehabilitación o estimulación de las funciones neuropsicológicas a través del uso terapéutico de la tecnología.

De forma transversal, es importante mantener presente la relevancia de algunos aspectos que pueden ser decisivos a la hora de abordar la brecha digital y generar barreras o facilitar el bienestar de las personas en relación con el uso de las tecnologías, como:

  • La repercusión realmente funcional a la hora de introducir el uso de la tecnología en la vida de las personas mayores. Reflexionemos sobre si leer el periódico online puede resultar más costoso e incluso reducir oportunidades de interacción con el entorno, que leerlo en formato físico, para así, identificar como profesionales, qué recursos debemos ofrecer a cada individuo.
  • La influencia de los aspectos volitivos de la persona. Estas son quienes deben tomar sus propias decisiones sobre cómo y cuándo interactuar con su entorno. Por lo que, pese a la existencia de una alternativa tecnológica, es importante garantizar el uso de los servicios en formato físico respetando así la voluntad y los derechos de las personas mayores. Por ejemplo, se debe garantizar el medio de pago en efectivo de compras cotidianas.
  • Un acompañamiento de calidad e individualizado en el uso de las nuevas tecnologías es fundamental para facilitar el acceso a las mismas de una forma segura y eficaz.
  • Tratar de incorporar estas herramientas a través de actividades cotidianas y con significado para las personas, de modo que puedan comenzar a familiarizarse y favorecer el aprendizaje a través del interés y la motivación individual.
  • Si bien la tecnología puede resultar útil para combatir el aislamiento social, es necesario mantener presente el riesgo que conlleva cuando estos recursos no están al alcance de todas las personas.

Teniendo en cuenta este análisis en el que se refleja cómo la tecnología ha demostrado ser una herramienta invaluable para mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores, y siendo consciente de las principales limitaciones como la brecha digital y el acompañamiento tecnológico, se concluye fundamental superar estos desafíos mediante programas de capacitación, adaptación de interfaces y enfoques intergeneracionales.

De este modo, se podría lograr el máximo aprovechamiento de las ventajas que la tecnología ofrece para mejorar la salud, bienestar y participación de las personas adultas mayores.

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Autoras

Andrea Caiña Dos Santos
Terapeuta Ocupacional
https://www.linkedin.com/in/andrea-caiña-dos-santos-9a10a81a1/

Lorena Cotelo Cobelo
Terapeuta Ocupacional. Certificación Internacional en Integración Sensorial
por la Universidad del Sur de California (USC). Especialista en trastornos de la alimentación. Terapeuta certificada en SOS Approach to Feeding.
cotelocobeloterapeuta@nullgmail.com
https://www.linkedin.com/in/lorena-cotelo-4856b7191/