Descubre las diez competencias clave para dedicarse profesionalmente a la atención de personas mayores, desde la empatía y la paciencia hasta la comunicación efectiva y el compromiso. Estas habilidades contribuyen a mejorar su calidad de vida, preservando su autonomía y brindando una atención personalizada en el hogar.

La atención profesional a personas mayores es una vocación enriquecedora pero exigente. Según Cristina Segarra, técnica del departamento de Recursos Humanos de Accent Social, el papel principal de los cuidadores es brindar apoyo en las actividades diarias, preservando la autonomía de cada persona para que puedan seguir viviendo en su hogar.

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El papel principal de los cuidadores es brindar apoyo en las actividades diarias, preservando la autonomía de cada persona para que pueda seguir viviendo en su hogar

Para lograr esto, en los procesos de selección de profesionales en los Servicios de Atención Domiciliaria (SAD) gestionados por Accent Social, se valoran una serie de competencias profesionales que marcan la diferencia en el mercado laboral y contribuyen a ofrecer una atención personalizada, adaptada a las necesidades individuales de cada usuario, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

Así, para Accent Social las diez competencias clave para dedicarse profesionalmente a la atención a personas mayores son:

  1. Empatía
    Habilidad de ponerse en el lugar de la persona atendida, comprendiendo y atendiendo sus necesidades emocionales y físicas.

  2. Paciencia y comprensió
    Capacidad de resolver desacuerdos y transmitir serenidad y confort a la persona atendida.

  3. Iniciativa
    Capacidad de aportar ideas y propuestas que mejoren el servicio y fomenten la autonomía de las personas mayores. También es importante tomar decisiones ágiles y contundentes en situaciones de emergencia.

  4. Trabajo en equipo
    Colaboración entre profesionales para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Una buena coordinación garantiza la eficacia y eficiencia del servicio.

  5. Buena gestión del tiempo
    Organización de las tareas en función de las necesidades de cada persona, considerando que los Servicios de Atención Domiciliaria atienden a un gran número de usuarios.

  6. Autocuidado
    Reconocer y manejar la sobrecarga emocional que puede surgir al cuidar a personas mayores. La inteligencia emocional y el autocuidado son fundamentales en esta profesión.

  7. Capacidad de comunicación
    Establecer una comunicación efectiva tanto con las personas mayores como con sus familias, para mejorar el funcionamiento del servicio.

  8. Resiliencia: capacidad de adaptarse a diversas situaciones que surgen en la atención domiciliaria y aprender de ellas.

  9. Asertividad
    Habilidad para expresar indicaciones de manera adecuada, directa y amable, y saber establecer límites cuando es necesario. Un ejemplo práctico de esto ocurre cuando se debe negar una petición de alimentos inapropiados para una persona con diabetes. En estos casos, es importante ser asertivo y explicar claramente las razones, como nos cuenta Cristina Segarra.

  10. Compromiso
    Compromiso con las personas mayores, sus familias y el entorno laboral. Se valora que los valores personales del profesional estén alineados con los de la organización, que trabaja diariamente para fomentar el respeto y la dignidad de los usuarios, contribuyendo a mejorar su calidad de vida.